El Continental original data de 1952, era el vehículo de serie más rápido para cuatro personas en el mundo y, en varios ámbitos, se lo considera el primer Gran Turismo de la historia.
La versión que se basó en el R-Type sedan, mantuvo su motor naftero de seis cilindros en línea, de 4.6 litros, pero se reemplazó la carrocería de cuatro puertas por una de dos, mucho más elegante y dinámica.
La realización estuvo a cargo de HJ Mulliner & Co., hoy convertida en una división de Bentley, que todavía se encarga de la personalización de algunos modelos de la marca.
El resultado fue un vehículo que podía recorrer las rutas europeas de post guerra con gran soltura y, en la medida que estas lo permitían, llegar a su máxima, levemente superior a los 190 km/h.

En la década del ’50, Bentley fabricó más de 2.000 unidades del modelo R-Type, pero solamente 208 fueron Continental, razón por la cual, con el paso del tiempo, el modelo se convirtió en objetivo de coleccionistas y uno de los Bentley más buscados.
Ese espíritu, que se inició en los ’30 con los triunfos de la marca en Le Mans y que hizo del Continental de los ’50, uno de los autos más buscados de todos los tiempos, como fundador de la clase GT y convertido en el cuatro plazas más veloz del mundo, es el que la marca pretende continuar con la última versión del Continental.
Por eso, su W12 de casi 600 CV, sus 330 y pico de km/h, su lujo, confort y exquisita construcción, nunca se negociarán; el ADN de una de las marcas de origen inglés con mayor distinción y prosapia no se lo puede permitir…