Con 209.894 unidades vendidas, la marca alemana de vehículos deportivos batió todos los records anteriores en comercialización.
Gran responsable de esto fue la llegada de su primer SUV, el Cayenne, en momentos en que la empresa estaba al borde de la bancarrota, cuyas ventas significaron un gran espaldarazo que la llevó a conseguir suficiente respaldo económico como para intentar comprar al grupo VW.
Un éxito tan trascendente que hace repetir a los ejecutivos de la marca, “gracias al Cayenne, hoy podemos tener el nuevo 911, los nuevos 718 Cayman y Boxster, el 918 spyder, las versiones Turbo, las versiones GT4”…
Por ejemplo, el mes pasado, Porsche vendió un total de 18.110 vehículos, de los cuales, 6.579 fueron Cayenne, con un aumento de casi 40% respecto a las cifras de ventas del modelo en noviembre de 2014.
En la actualidad, el mercado más importante para la marca es China, donde colocó 54.302 vehículos, seguido por EE.UU con 47.891, mientras que en Europa, se vendieron unas 70.509 unidades con un aumento del 30%.
Hechos muy significativos refrendan este éxito de la marca.
En principio, el hecho de que Porsche tenga tan fenomenal crecimiento tratándose de una marca de perfil deportivo y luego, que la cifra alcanzada se adelantó tres años a las perspectivas establecidas por la propia compañía para 2018.