El ambicioso y atrevido plan de Sergio Marchionne está comenzando a tomar forma.
Originalmente, el mismo prevé un salto de calidad hacia el sector Premium de algunas de las marcas más emblemáticas del grupo (Maserati y Alfa Romeo) ubicando primero y concentrando después, su fabricación exclusivamente en territorio italiano.
Esto implicará un presumible alto costo de fabricación, dada su recategorización como productos aspiracionales, que recién garantizaría rentabilidad con una ocupación de las plantas designadas del orden de más del 80% de su capacidad de trabajo para 2016 y, paralelamente, dejando la producción de los vehículos de bajo margen a otros países.

La primera parte del atrevido plan de Marchionne involucra a Alfa y Maserati, siendo la segunda la que, probablemente, tenga la misión mas delicada ya que, a la par de estrenar un nuevo sedan para el segmento E, debutará en el segmento SUV con un producto ya sugerido en varios escenarios del mundo.
Y será la histórica planta de Mirafiori, la encargada de la importante misión de producir el nuevo SUV bautizado como Levante (se conoció como prototipo bajo el nombre Kubang).
En la misma planta, y producto del reordenamiento apuntado, se fabricarán “algunos modelos de Alfa Romeo”, entre ellos, el futuro SUV de la marca (que compartirá plataforma con el Levante y el Grand Cherokee).

Por su parte en la planta de Grugliasco, en las cercanías de Torino, y junto con el nuevo sedan del segmento E de Alfa Romeo, se fabricaría su homónimo de categoría, el Maserati Ghibli.
Complejo plan del grupo Fiat tendiente a categorizar algunas de sus marcas, optimizar el funcionamiento de sus plantas locales en función de esto y, junto con la “exportación de la fabricación” de sus productos de bajo margen, lograr un rédito que, en una Europa bastante comprometida en ventas, podría llegar de la mano de los vehículos aspiracionales, es cierto, pero que también podría concretarse con una acertada gestión en mercados alternativos.