El singular segmento de los kei cars es privativo de Japón, donde nació en 1949 proponiendo vehículos muy limitados en tamaño, capacidad de carga y del motor, en beneficio del poco espacio del que dispone un país-archipiélago constituido por más de 6.800 pequeñas islas.
Las limitaciones tuvieron su contrapartida en los bajísimos gravámenes en materia de impuestos fiscales con los que la administración del país trató de incentivar su proliferación.
Así fue como la mayoría de los fabricantes locales se abocaron a la tarea, creando un mercado de miniautos privativo de Japón, fiel exponente de una cultura de traslación como no se advierte en ningún otro lugar del mundo.
Las últimas regulaciones del segmento (octubre de 1998) propusieron, entre otros, un largo máximo de 3m40, una capacidad de carga de 350 kilos y motores de no más de 660 cm3, números que poco menos que desalentarían a cualquier diseñador occidental, pero no a un oriundo de la tierra del Sol Naciente.

Por más que el personaje en cuestión tenga solo 26 años, sin duda, el hecho de haber pasado toda su vida inmerso en la cultura kei car le hizo asimilar como a pocos las necesidades, beneficios y alternativas que podía surgir de la misma cuando decidió convertirse en diseñador de autos.
Una fulgurante campaña integrando el nutrido staff de diseño de la marca lo destacó y Honda, empresa caracterizada por la impronta de su creador, que lo fue sin tener ningún tipo de educación formal, puso a Ryo Mukumoto a cargo del proyecto de su nuevo deportivo S660, casi una marca registrada entre los escasos deportivos que hay en el singular espacio de los kei cars.
Este dos plazas convertible, está impulsado, como dijimos, por un motor de tres cilindros, 660 cm3, turbo, que desarrolla solo 63 CV y está ubicado en posición central.
Sin embargo, para garantizar cierta deportividad, la marca trabajó en una plataforma totalmente nueva y con características inéditas respecto a otros kei cars de la marca. De hecho, el único componente que el S660 comparte con sus parientes es, precisamente, el motor.

Si bien un 67% de la estructura es de acero de alta resistencia, trae subestructuras de aluminio, adelante y atrás, sistema que permitió aligerar su peso y superar la rigidez de un clásico de la marca, el discontinuado roadster S2000.
El motor va acoplado a dos opciones de transmisiones, una caja M6 o un sistema continuo variable (CVT), con tracción trasera en ambos casos.
Sin embargo, lo más notorio es que, aún encuadrado dentro de las férreas limitaciones de las normas para este tipo de vehículos, con el nuevo S660 se observó una ganancia de peso del orden de los 100 kilos, lo que, considerando que estos pequeños autos orillan los 800 kilos, se destaca como una de sus virtudes esenciales.
El nuevo Honda se venderá exclusivamente en Japón desde u$s 16.760, integrando un mercado local donde los kei cars representan un 40% del mismo y donde, más allá de su éxito ó fracaso, seguramente se destacará por ser el único que “hará girar la cabeza para mirarlo”, una de las máximas aspiraciones de su creador.