El F-Pace tendrá rasgos de diseño ya anticipados por el concept C-X17 que se vio en Frankfurt 2013, momento desde el cual comenzó a hablarse insistentemente del SUV/crossover de Jaguar y sobre el que Callum, mentor de su estética, confirmó, “y aunque cada superficie será distinta, aún así se parecerá al C-X17”.
Estará construido sobre la plataforma de aluminio que ya equipa al sedan mediano XE, que se lanzará en Europa en mayo y en EE.UU un año después, plataforma que también equipará al sedan grande XF.
Cuando estos, junto al nuevo crossover, estén en línea de producción, la marca tendrá cuatro de cinco modelos con menos de tres años de antigüedad, lo que habla de la modernidad del 80% de la gama Jaguar.
El crossover se fabricará en la planta de Solihull, junto al XE, lo que obligó la incorporación de 1.300 operarios adicionales y, técnicamente, otra de las características del modelo será el sistema All-Surface, tecnología que se sirve de sensores para seleccionar la mejor posición del acelerador, respecto al cambio colocado y lograr la mejor tracción en superficies resbaladizas.

El modelo será una exigente prueba para Jaguar que la proyectará abiertamente como un nuevo jugador en el segmento Premium, rivalizando con las marcas alemanas y, en primera instancia, se propone como oponente directo del exitoso Porsche Macan.
En 2014, las ventas mundiales de Jaguar crecieron un 6% hasta 81.570 vehículos, cifra que, según los analistas, superaría las 110.000 en 2015, impulsadas por el nuevo sedan XE y los directivos de la marca esperan que con el nuevo crossover, más un SUV compacto que está siendo desarrollado (con presentación en 2017), lleguen al objetivo buscado de 200.000 unidades en 2018.
El nuevo vehículo será develado antes de fin de año y estará de lleno dirigido al mercado de EE.UU.