Deporte
DAKAR ETAPA 13
ECHARON EL RESTO
18/01/2013. Lo que quedaba en juego se arriesgó en este penúltimo parcial en previsión de que el de mañana solo sea ?un trámite?. Fueron más de 440 kilómetros de especial donde algunas cosas quedaron claras: López, que había quedado a solo ocho minutos de Després, cambió motor, penalizó, y perdió todas sus posibilidades. De Villiers apenas le rebanó cinco a Peterhansel y no le dan las cuentas. Todos los perseguidores de Patronelli, ni siquiera lo pusieron nervioso. Y el escuadrón Kamaz se encolumnó tras su líder para un arribo triunfal a Santiago.
Esta faceta que mostró hoy la 13ª etapa del Dakar tuvo que ver con la última instancia, el momento en que las cosas se pueden cambiar o no cambian más, la última oportunidad de los que no se sienten vencidos, ni aún vencidos…
Una alternativa reveladora del verdadero carácter de la prueba, la que a veces a unos les sirve para confirmar su capacidad y a otros templar su espíritu pensando en la próxima vez.
Y nadie dejó de hacer lo que tenía que hacer…
Por eso esta última instancia siempre es tan especial, porque le saca lo mejor de su capacidad a hombres, pilotos, que están al borde del agotamiento físico y psíquico y que, sin embargo, demuestran que todavía pueden entregar un poco más.
De otra forma no podría entenderse como Chaleco López, que le descontó nada menos que cinco minutos y medio a Després para ganar la etapa, enfocará la largada mañana luego de que en el vivac, el equipo decidiera el cambio de su motor por algunas virutas metálicas que aparecieron en el aceite y problemas con la cuarta marcha que hicieron presagiar poco futuro para el noble impulsor.
El veloz chileno deberá apelar a todo el temple que le queda para superar este verdadero “mazazo” que significa pasar de estar listo para pelear con Després por la victoria en el Dakar, a tratar de defender el último escalón del podio que fue a donde lo condenó la penalización de 15 minutos por el cambio de impulsor.
O el intento infructuoso de Giniel De Villiers, que no cejó ni siquiera estando a más de 50 minutos de Peterhansel, y hoy le descontó más de cinco, con el mismo francés como cómplice a través de una marcha tranquila y rodeado de la seguridades que le brindaban todos sus compañero del X-Raid.
O la arremetida del ruso Novitskiy por recuperar el tercer lugar que había perdido ayer frente a su propio compañero Nani Roma, en una batalla intestina en el seno del equipo hasta ahora ganador del Dakar. Si hasta el mismo Lucio Alvarez confesaba hoy en el campamento lo contento que estaba por lo mucho que había descontado y amenazaba con que “mañana necesitaría limar dos o tres minutitos más…” y todo, para poder integrar ese cuasi mágico círculo que componen “los diez primeros”.
O lo de Robby Gordon, abonado al espectáculo, aunque no a los resultados, que hoy ganó una etapa estupenda que no le alcanza siquiera para salir del 13º lugar.
Y hasta el mismo Chicherit, que llegó a 22 segundos del Hummer, y que en condiciones normales solo puede aspirar a mantener su octavo lugar.
Entre los tantos ejemplos de “temple y carácter Dakar”, aparece Orly Terranova, de quien dudamos en la nota de presentación de la carrera preguntándonos si podría estar “a la altura de las circunstancias”, pues bien, el mendocino rayó a un nivel bien alto, con un quinto lugar bien afirmado, sin bajarse de los cuatro o cinco que pelearon casi todas las etapas y convertido en el primer argentino que gana una etapa-Dakar en Autos.
Y Verhoeven corriendo con un hombro lastimado, o el velocísimo Barreda con su muñeca vendada desde varias etapas a atrás lo que no le impidió seguir ganando y batallando desde muy atrás y Pizzolito, haciendo de mochilero de Rodrigues y trepando hasta el octavo lugar, en un esperado retorno a gran nivel luego de su pavoroso accidente.
Y los ejemplos sobran para graficar de que se trata cuando hay que jugar con las cartas que le toca a cada uno en el Dakar…
El mismo Patronelli, quien en aquella edición pasada penaba con sus piernas lastimadas y se resistía a abandonar y hoy está a punto de cosechar el premio que merece por aquel espíritu tan combativo.
O los que salieron a batirlo y fueron derrotados sin atenuantes, pero que hasta hoy todavía lo intentaron (Van Biljon, Husseini, Casale y Bonetto postergaron a Patronelli en la etapa del día).
Y los rusos de Kamaz, batidos en forma contundente por el equipo De Rooy Iveco en 2012 y que parecía que correrían la misma suerte en esta edición ante un veloz Gerard De Rooy, el pìloto más ganador del Dakar 2013 en Camiones.
Los rusos volvieron al escenario de su derrota capitaneados por el “zar” Chagin, el máximo ganador del Dakar en Camiones, reorganizados y con pilotos hambrientos de victorias.
Comenzaron tímidamente, al punto que hicieron dudar de su capacidad real, pero no bien De Rooy, y también Loprais, comenzaron a tener problemas, funcionaron como una jauría acosadora para sacar su rédito.
Un rédito avalado por la contundencia de los números: el líder Nikolaev ganó una sola etapa y les lleva 32 y 40 minutos, respectivamente, a sus compañeros Karginov y Mardeev que lo siguen.
De Rooy ganó seis parciales, está cuarto y a lo máximo que podría aspirar en un trámite normal es al último escalón del podio.
Hay muchos más ejemplos de cómo se jugó el destino de este Dakar.
Lo único que quedó claro es que pase lo que pase mañana (“Las carreras nunca terminan antes de la bandera final”), nada podrá cambiar la cuota de valor, temple y condiciones que pusieron estos hombres, los verdaderos héroes de la carrera más dura del mundo.
Creímos que era oportuno adelantarnos, porque si había algo que tenían que mostrar, hoy lo pusieron en juego…