Los antecedentes se cumplieron.
La entrada definitiva a las dunas peruanas trajeron las primeras grandes dificultades para la 35ª edición del Dakar 2013.
Muchos participantes tuvieron problemas con la navegación, dejaron así cientos de huellas en círculos grabadas en la arena y los que superaron más rápidamente el conflicto fueron los que a la postre se vieron beneficiados.
Así ocurrió con las Motos, cuando el grupo líder (López, Verhoeven, Quintanilla, Després, Casteu, etc) erró el camino desfilando muy hacia el norte y dejaron la senda correcta poco menos que desierta.

Hasta que llegó Joan Barreda, el español que vino a esta carrera con mejores antecedentes que ninguno (ganó Faraones y fue segundo de Després en Marruecos, las dos previas al Dakar 2013).
Barreda y su Husqvarna se colocaron adelante estableciendo una luz, a mitad de los 242 kilómetros del tramo, que fue prácticamente indescontable para cualquier oponente.

Para que tengan idea de lo que significa una navegación acertada en un tramo relativamente corto (menos de tres horas de carrera), Barreda le sacó 3m16s a su coterráneo Joan Pedrero, 5m53s a su propio mochilero, Matt Fish y 6m26s al mochilero de Després, Rubén Faría, que salió a cazarlo para medir el ritmo de uno de los principales rivales que tiene el equipo del líder de KTM.

A tal punto fue impecable la navegación del prometedor Barreda (lo habíamos anticipado en la nota-presentación “Las Claves de la Carrera”) que quedó despegado casi cinco minutos y medio de Faría en la general, dejando a Pedrero un minuto atrás de este, Casteu a casi siete minutos y Després a casi nueve. No es demasiado para un Dakar, pero es importante considerando el parejo nivel que tiene la categoría.
Los mejores argentinos en la general son, Rodríguez (26º) y Pizzolito (se paró para ayuda a su líder Rodrígues y ahora está 39º).

Entre los Cuatriciclos, Marcos Patronelli volvió a poner “la casa en orden”, con gran ritmo, sin equivocaciones y muy concentrado, ganó el parcial sobre el sorprendente Sebastián Husseini (Honda), se despegó casi nueve minutos del chileno Ignacio Casale y le sacó más de nueve a su coterráneo Tomás Maffei.
Esto le sirvió a Patronelli para volver a ser puntero en la general de un Dakar, pero a solo 46 segundos está el piloto de los Emiratos Arabes Unidos (Husseini) quien, por el momento, parece ser el único que podría inquietarlo, ya que Casale está lejos (9m19s), el sorprendente Flores aparece cuarto a 13m44s y Rafal Sonik quedó a 17m52.

La actuación de Marcos nos hace recordar a sus anteriores consagraciones, esgrimiendo en el ritmo y su concentración, los mejores argumentos para ir consolidando su liderazgo. De no cometer errores o sufrir problemas, creemos que esa será, una vez más, la estrategia de este verdadero especialista del Dakar.
Entre los Autos, el panorama cambió radicalmente.
Los líderes de ayer, se equivocaron hoy, lo que no impidió que la propuesta referida a la batalla de la carrera no cambiara en absoluto: los 4x4 contra los buggies.
Con Robby Gordon quien, si bien recuperó bastante, ya parece condenado a otro fracaso a casi 50 minutos del líder.

Un líder que apareció cuando aparecen los grandes, cuando la situación es más complicada que nunca y cuando hacen falta disciplina y enfoque. Fue en estas circunstancias en que Stephane Peterhansel y su Mini tomaron la punta con excelente navegación y solo pudieron ser seguidos por quien raya a una altura similar y a quien el propio “Míster Dakar” señaló como gran rival, Giniel De Villiers (también lo apuntamos en nuestra nota previa).
El sudafricano de la Toyota quedó a 2m38s del Mini vencedor del parcial, postergando por pocos segundos al efectivo Ronan Chabot (buggy SMG).
Pero ¿Qué pasó con los buggies de Qatar?, bueno, Al-Attiyah quedó sexto y Sainz bastante más atrás condicionados por problemas de navegación.

Navegación complicada que, junto a una goma rota, también condenaron a Lucio Alvarez (7º en la etapa y también en la general).
El escuadrón Mini se vio afectado por el retraso de Roma (goma) aunque se acercaron, Novitskiy (5º) y Holowczyc (7º), Chicherit también se retrasó (goma pinchada y pérdida de rumbo), se sumó a los diez primeros el Great Wall chino de Souza (base BMW X3) y se acercaron los G-Force del equipo ruso homónimo.

Entre los Camiones, el panorama no cambió, aunque pudo haberlo hecho.
Al menos así lo indicaban los primeros tramos con Hans Stacey haciendo la punta con firmeza hasta que un error lo llevó a un “medio vuelco” (el Iveco quedó acostado) que le hizo perder no solo el liderazgo de la etapa y la posibilidad de ganarla, sino valiosos minutos (de 2º pasó a 7º a más de 25 minutos en la general).
Imperturbable, su primo Gerard (De Rooy Jr.) se alzó con su segundo triunfo consecutivo, aunque no está del todo conforme, pese a su doble triunfo en las dos primeras etapas del Dakar, apenas le lleva 2m16s al tenaz Ales Loprais (Tatra) y sabe que tiene en este a su más duro rival.

En medio de estas movidas, fue el italiano Biasion el que aprovechó, trepando al podio de la etapa y ahora está también tercero en la general a poco menos de 12 minutos de De Rooy.
¿Y los Kamaz?, salvo que estén pergeñando una estrategia secreta que todavía no sea el momento de implementarla (algo bastante dudoso) no han mostrado hasta el momento absolutamente…nada. El mejor camión ruso (Nikolaev) está quinto a más de 20 minutos y lo que es peor, sin parciales dignos de mención.

Al parecer todo quedará entre los Iveco (1º y 3º y 7º) y los Tatra de Loprais(2º) y Kolomy (4º) con algunos arrestos de los MAN (Versluis está 6º), pero nada que indique que los Kamaz puedan terciar.
Sin embargo, esto recién empieza y la carrera –así como lo hacemos nosotros- solo marca algunas vagas tendencias.
Todo indica que mañana, con la tercera etapa, comienza el “verdadero Dakar” y allí se verá si las tendencias se afirman o surgen nuevos ingredientes de esta aventura inigualable.