El acuerdo entre Renault-Nissan y Lada está cerrado, aunque la firma recién se estampará la semana que viene, con lo cual la marca capitaneada por Carlos Ghosn se aseguró una buena plataforma de despegue para ingresar bien pisado al tentador mercado automotor ruso.
Sobre todo, si pensamos en la tendencia de los últimos tiempos de la marca franco-nipona, en relación a una producción de vehículos de corte económico, tendencia en la cual encaja perfectamente Lada, el mayor fabricante de Rusia y productor histórico de unidades rústicas, afectadas principalmente a una sociedad que tenía necesidades prioritarias de otro orden.

Sin embargo, esto último deberá cambiar en el futuro, a partir de una sociedad con una clase media creciente, mayores ingresos y ambición acorde.
Lo concreto es que Renault-Nissan necesitaba una “fachada de marca” familiar y popular para el nuevo escenario que propone el mercado ruso, por ello hace ya algunos años, inició conversaciones con este resultado que se conoce ahora.
En términos prácticos, Renault-Nissan tendrá un acceso mucho más fluido y creciente en el mercado ruso, beneficiándose con las plantas que posee Avto VAZ, y Lada se hará del conocimiento tecnológico y de producto que traerán sus nuevos dueños.

Rusia está en camino de convertirse en el principal mercado automotor de Europa para dentro de dos-tres años. Tiene un perfil altamente competitivo y todas las grandes automotrices extranjeras ya operan en el país.
Su crecimiento ha sido acelerado en los últimos meses, apoyado por un alza en la renta disponible, y la clase media trepó, de un millón de personas en 1999 a entre 15 y 30 millones en la actualidad.
Las ventas de vehículos aumentaron un 40% el año pasado en Rusia (más de 2,6 millones de unidades), este año se esperan unos 2,9 millones y el propio Ghosn estima que las ventas podrían rondar los 4 millones en algún momento de la década del 2020.

Vale aclarar que Lada sobrevivió a la depresión de 2009 con ayuda estatal, por eso no le vendrán nada mal los 580 millones de euros que aportará Renault-Nissan en concepto de pago por casi las ¾ partes de sus acciones.
Para esta última, sin embargo, la cifra no es demasiado alta considerando todo lo que logrará y lo que es más importante todavía, mantener un buen ritmo de expansión a pesar de sus complicados números en Europa.