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JAGUAR MK II BY CALLUM, SUEÑOS DE UN DISEÑADOR?

26/12/2014. Ian Callum, actual director de diseño de Jaguar, le dio rienda suelta a su gusto personal y tomando como base el emblemático Mark II de la marca (berlina deportiva de fines de los ?50), elaboró una reinterpretación del modelo que, manteniendo su espíritu, refleja sus sueños de niño.


Callum (al frente) disfruta su obra...

Ian Callum (nacido en 1954) ya había mostrado su inclinación hacia los clásicos cuando, alrededor de 2007, presentó un Hot Rod que tomaba como base un Ford de 1932 y combinando estilo original con modernidad, para hacerlo disfrutable en uso diario, mantenía las líneas del modelo incorporando, dirección asistida, AA y equipo de sonido.
Lo notable del caso es que, ninguno de estos elementos alteraba el diseño del auto, demostrando un gran desarrollo para su inclusión.
La misma fórmula fue la que empleó ahora, cuando hizo lo propio con este Jaguar Mk II de fines de los ‘50, el auto de sus sueños infantiles, tal cual lo confesara en la ocasión.
Una realización tan curiosa como llamativa, especialmente, porque proviene de alguien que debe atender los gustos consumistas de las sociedades actuales, en un ámbito globalizado y donde la mejor propuesta es la última, para los adoradores del marketing, como si lo absolutamente actual, fuera lo único que importa…


Sin embargo, Callum, congenió su gestión profesional con sus sueños infantiles y el resultado final de su diseño, lo dejó a cargo de Classic Motor Cars de Bridgnorth, Shropshire, diligente empresa de restauración especialista en Jaguar.
“Cuando era niño, quería que el Mk 2 se viera como este. Entonces, los Mini y Escort que corrían en Turismo totalmente limpios se veían geniales, ¿por qué no un Jaguar?”.Luego descubriría que los paragolpes no se podían eliminar porque… no había nada debajo!.


Cuando pudo congeniar esto y sumarle “algo más de excitación y aspecto prestacional” al diseño original, recién allí, el proyecto comenzó a ser viable.
Sin embargo, Callum, debió transitar por una línea muy delgada, el problema de adaptar un clásico de este calibre, era no pecar en exceso con el rediseño y afectar la elegancia tradicional del modelo, quería agregar elementos modernos, pero manteniendo la sencillez en cada retoque.


La altura general del auto fue bajada unos 30 milímetros, se eliminaron los paragolpes con una adaptación que se mimetiza con el resto del vehículo, las ruedas pasaron a ser de 17” y solo la presencia de unas branquias practicadas atrás de las ruedas delanteras, hace evidente cierta modificación a la par con los nuevos paragolpes, sin embargo, esta era la misma alternativa que tenían los Mk II de competición, para extraer el aire caliente del vano-motor.
Estos cambios, más una doble salida de escape central, sugieren algo más que un inocente sedan clásico.


La presunción se confirma con la adopción de un motor Jaguar XK, seis cilindros, doble árbol de levas a la cabeza, 4.3 litros, alimentado por carburadores SU HD8, con encendido electrónico, que desarrolla unos 260 CV (unos 40 CV más que la versión más potente del Mk II/3.8 litros de principios de los ’60), al cual va acoplada una caja M5 Tremec T5. Las suspensiones traseras son independientes, multibrazo y ahora incorporan nuevos frenos de disco sobre las ruedas, en lugar de a la salida del diferencial como en la versión original del Mk II.


Las suspensiones delanteras traen nuevos amortiguadores, incluye dirección asistida y también incorporan frenos de disco más grandes en las ruedas.
En el interior, el tapizado es en Alcántara color rojo, de acuerdo con el gusto personal de Callum, sobre butacas de Alfa Romeo 156, y solo el instrumental nuevo y una pantalla retráctil indican modernidad, aunque esta última se escabulle sin llamar la atención, lo que conserva el hermoso estilo retro que Callum privilegió en este verdadero capricho, del cual podría hacerse una pequeña serie, cotizándose desde alrededor de u$s 500.000.

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