Honda Motor Co, a la par de anunciar el quinto recall del año para su modelo Fit, decidió la implementación de una nueva oficina destinada a supervisar la calidad de los modelos producidos, en principio, en las plantas japonesas, aunque puntualizó que, paulatinamente, revisaría los procesos de calidad en todo el mundo.
Paralelamente, se acordó que altos ejecutivos de la compañía tendrán fuertes recortes salariales durante tres meses (se habla de hasta un 20%), como medida complementaria para asumir la responsabilidad por los problemas sucedidos con esta quinta llamada a revisión del Fit desde que el modelo debutó a fines de 2013.
El modelo Fit en versión naftera, el Vezel (Fit híbrido para mercado japonés), el city car N-WGN y una partida de SUV HR-V híbridos fueron los modelos más afectados.
El proceso de optimización de la calidad de los productos de la marca hará, por ejemplo, que el lanzamiento del crossover compacto HR-V que se construirá en Méjico sufra un sensible retraso y lo mismo ocurriría con otros estrenos programados.
Los problemas de calidad de los vehículos fabricados por Honda ya venían siendo advertidos internamente y el crecimiento de los mismos fue lo que determinó la rigurosidad de las medidas.