Hasta los responsables de diseño de VW se dieron cuenta de que el Fox era uno de los autos que podían pasar muy desapercibidos a partir de una línea conformista, a la cual ni siquiera la podía redimir el restyling más profundo.
Sin embargo, la gente de la filial brasileña de la marca, revirtió la situación y hoy puede presumir de lo contrario, después de haberle practicado a esta versión, todavía en estado de prototipo, una caracterización que lo convirtió en un auto con una personalidad definida que lo desmarca.
La sumatoria, como en otros casos, marca la diferencia.
Llantas de aleación de 15”, faldones laterales exclusivos, techo y retrovisores en negro, pequeño alerón y nuevos paragolpes son el complemento estético de una versión Pepper que, con el equipamiento de la variante tope Highline incorpora, controles de tracción y estabilidad, frenos con ABS, computadora de a bordo, bluetooth, pack eléctrico, asistencia al arranque en pendientes, faros antiniebla, navegador RNS315 con lector de CD MP3, etc.
Como varios de sus parientes de la Región, el Fox Pepper trae el nuevo motor 1.6 litros, 16 válvulas que, con nafta, desarrolla 110 CV y que está vinculado a la nueva caja M6, al igual que los citados modelos.