A modo de prototipo, Volvo presentó el High Performance Drive-E Powertrain Concept de 450 CV, 2.0 litros, cuatro cilindros y alimentado por tres turbo, dos convencionales y el restante eléctrico. Sistema complementado por una bomba de combustible que trabaja a la sorprendente presión de 250 bares.
La combinación funciona de tal forma que hace que el turbo eléctrico asista a los dos restantes a bajas revoluciones con lo cual, según los ingenieros de Volvo, “se logra una capacidad de conducción muy dinámica y sin ningún tipo de retardo del motor”.
Según voceros de Polestar Racing, la división deportiva de Volvo, “el downsizing debe ofrecer a los clientes una potencia atractiva y utilizable, para que guste al mayor número posible de personas y que así las reducciones de emisiones sean realmente efectivas”.

Este nuevo replanteo de las posibilidades del downsizing, además, llega de la mano de un motor muy compacto, que posibilita una mejor distribución de pesos, y su volumen contenido también libera espacio en la arquitectura del auto para facilitar la hibridación, lo que contribuiría a reducir todavía más las emisiones de CO2.
Todavía no hay fecha oficial respecto a su presentación, esto es equipando a alguno de los modelos de la marca, debido a que tampoco se especificó cual sería el vehículo que lo montará, aunque ya se oyen voces que sugieren que podría equipar a una versión especial del último y más avanzado producto de la marca, el XC90.