Coincidentemente, como lo planteamos en el encabezado, dos perspectivas similares enfrentadas enmarcaron nuestra últimas horas: el alerta de la legendaria agencia de seguridad de los EE.UU, respecto al peligro que pueden significar los vehículos autónomos y la presentación de Ford de Argentina referido al futuro de la movilidad que, como puntualizamos, incorpora a los móviles sin conductor.
Lo de Ford parte de una premisa global enfocada al futuro de la humanidad, lo del FBI es bastante más sectorizado y toca aspectos poco menos que impensados para el ciudadano común, aunque en estos tiempos que corren sería bueno comenzar a tener en cuenta…
Del informe del FBI se desprende que, la idea de un vehículo capaz de avanzar eficientemente, sin el auxilio directo de un ser humano al volante, ha dejado de ser una quimera futurista para convertirse en una realidad a corto plazo.

La propuesta de Google, que se materializó hace poco tiempo atrás, mostró un móvil con parámetros de seguridad vial desplegados a través de una serie de sensores capaces de eliminar puntos ciegos y detectar objetos a distancia.
Poco después de la presentación del prototipo, el diario The Guardian, dio a conocer un informe del FBI que puntualiza algunos ítems, que podrían convertir a los vehículos autogestionados en aliados del crimen.
Según detalla el organismo, este nuevo desarrollo, “abre la posibilidad de usos doble, lo que convierte a estos vehículos en potenciales armas letales, más peligrosos –inclusive- de lo que hoy son los vehículos con conductor”.
Uno de los ejemplos que detalla el FBI, es la posibilidad de que un delincuente, huyendo a bordo de un auto sin conductor, pueda disparar sus armas con atención y movimientos totalmente liberados, algo que no podría hacer conduciendo un vehículo convencional.

También advierte en torno a su uso por parte de terroristas que operen estos vehículos autónomos vía control remoto y con cargas explosivas a bordo.
Entre las varias advertencias, el organismo de seguridad también destaca que, los móviles sin conductor, pueden colaborar en defensa de la ley.
“Los algoritmos que manejan la conducción, pueden controlar la distancia que el auto de policía mantenga respecto a su objetivo para evitar ser visto, e inclusive cambiar su dirección para que pueda encontrarse con el que persigue”.
Como se advierte, la complejidad del mundo moderno y consecuentemente las multiplicidad de posibilidades en cada caso, hacen que no haya tarea sencilla en relación al futuro; la solución de hoy, propone una complicación para mañana y lo que hoy se da como sentado será revisado y quizás modificado en las próximas horas, menuda tarea para nuestra generación y para las que vendrán a poblar este mundo tan demandante como intrincado…