El renacer de Maserati es uno de los factores clave en la rentabilidad del grupo Fiat Chrysler en Europa, además, la gestión es más emblemática todavía porque presenta el primer índice positivo del plan pergeñado oportunamente por Sergio Marchionne, director general del grupo ítalo-americano, y llega de la mano de una de las marcas más tradicionales y exquisitas de la industria italiana.
Este aliento le llega también al relanzamiento de Alfa Romeo y, en definitiva, cambia el humor de un grupo que aparecía bastante comprometido en el Viejo Continente.
Sin embargo, considerando que Maserati debe ser una marca rentable y que para que lo siga siendo influyen varios factores, como por ejemplo, cierta exclusividad, los responsables de la misma establecieron como parámetro para el equilibrio buscado, un tope de 75.000 unidades vendidas por año en todo el mundo para 2018.


La marca vendió 15.400 unidades en 2013, cifra que muy probablemente duplique antes de que se cierre 2014; para el año que viene, se estiman unas 50.000 ventas, por lo cual no es de extrañar que tenga cierta lógica la aspiración de llegar a 2018 con 75.000 unidades vendidas al cabo del año.
Cifra a la que se accedería no solo por una cuestión de exclusividad, sino de la mano de una gama que, además de los Gran Turismo, Quattroporte y Ghibli actuales, se ampliará con el SUV Levante a fines de 2015 ó 2016 y con el Alfieri, un deportivo biplaza que ya se mostró como prototipo.