Se trata del chasis nº 024 que si bien no ganó ninguna carrera, a diferencia de varios de sus hermanos, tuvo una repercusión muy superior a todos ellos al protagonizar, junto al mítico actor Steve McQueen, esa fenomenal cinta que se llamó “Le Mans” (1971), una especie de documental novelado de impecable factura sobre la carrera más importante del mundo.
Un auto cuya rica historia tuvo, además, ribetes tan dramáticos como curiosos que no hacen más que enriquecer el protagonismo de tan hermosa máquina pese a la ausencia de resultados...
Era propiedad de Siffert cuando este se accidentó fatalmente en Brands Hatch liderando una prueba de F1 no puntable con su BRM y encabezó el funeral multitudinario del piloto suizo (se dice que había más de 50.000 personas) por las calle de Friburgo, su ciudad natal.

Compartió la filmación de “Le Mans” junto a otros 11 autos Sport comprados más 14 alquilados para la ocasión por la productora de McQueen, unos 200 extras y hasta por parte del equipo oficial Porsche que hizo de apoyo técnico para la filmación.
Y además, fue motivo central de la negativa de Enzo Ferrari a colaborar con la filmación de “Le Mans”, cuando Il Commendatore se enteró que iba a ser el vencedor final de la prueba -en la pantalla- en lugar de que fuera uno de sus rojos Ferrari el triunfador, por aquel entonces, máximo rival y habitualmente vencidos por Porsche en carreras Sport.
Irónicamente, el 917-024 que se rematará en agosto en Pebble Beach, no será valorado por su campaña deportiva, sin embargo, propone una historia tan diferente como singular, gracias a la pantalla y a una película para no olvidar…