OSCURO PANORAMA PARA STELLANTIS

16/07/2025. A los problemas de confiabilidad en varios modelos nafteros y diésel, ahora el grupo debe sumarle, el fracaso de su apuesta china (joint venture GAC-FCA), el abandono del hidrógeno como alternativa y la asumida electrificación que no crece…
No son buenos tiempos para el conglomerado multimarca, tuvo problemas de confiabilidad en sus motores PureTech nafteros, inconvenientes con la ‘cristalización’ del AdBlue y la cadena de distribución en sus diésel y recientes complicaciones surgidas en este tipo de unidades, que están bajo la lupa de las autoridades por supuestos software adulterados para ocultar excesos de emisiones.
Sin embargo, los problemas no terminaron con estas complicaciones, sino que a ellas se sumaron, un estrepitoso fracaso en el mercado chino, al que le siguió su fallida apuesta por el hidrógeno.
La conclusión sobre esto último, fue contundente, “el mercado del hidrógeno sigue siendo un segmento de nicho, sin perspectivas de sostenibilidad económica a medio plazo”. Lapidaria confesión de Stellantis que selló oficialmente la paralización del desarrollo de pilas de combustible de hidrógeno.
No obstante, lo más notorio, fue la declaración de la bancarrota de GAC-FCA, la empresa creada conjuntamente con el gigante automotriz chino y después de 15 años de convivencia.

Tras un comienzo auspicioso, las ventas de GAC-FCA comenzaron a descender en 2018, desplomándose definitivamente tres años después, cuando comercializaron sólo 20.100 vehículos en un mercado de más de 25 millones de unidades/año vendidas.
En 2022, la empresa se disolvió, pero recién ahora fue liquidada, luego de largas gestiones por vender las dos plantas radicadas, el resto del material y las maquinarias. Doloroso proceso con un impacto final acorde: pérdidas por más de 970 millones de euros.
Este complejo panorama de Stellantis podría agravarse todavía más a juzgar por las palabras del recientemente nombrado CEO de Stellantis en Europa, Jean Philippe Imparato, “las ventas de eléctricos siguen por debajo de lo previsto, con las furgonetas aún más lejos de alcanzar las metas marcadas”.
El compromiso con la electrificación del grupo en un escenario tan preocupante, sumado a su necesidad por reducir costos, podría hacer que incluso la posibilidad de cierres de plantas aparezca como dramática alternativa para superar la situación, aunque ¿alcanzará esto para comenzar a revertirla?