Lejos estaba de imaginar Porsche las consecuencias que tendría su anuncio de hace algunos años atrás. En aquel momento, la marca anticipó que su derrotero tecnológico apuntaba que, a principios de la próxima década, el 80% de sus ventas estarían alineadas con la electrificación total.

 Sin embargo, el rumbo del mercado automotriz mundial, tan incierto como tambaleante, la retracción de sus ventas en el país asiático, a la par de la ofensiva china en materia de productos, alteraron sensiblemente las reglas del juego que barajaba la marca.

Estos factores, sumados a una cierta ‘inflexibilidad estratégica’ propia de Porsche, abren un panorama bastante incierto, con proyectos cancelados, otros retrasados y despidos masivos en la compañía.

Porsche está actualmente en una verdadera encrucijada con sus vehículos 100% eléctricos. Se apostó con fuerza por estos y ahora hay señales que ha comenzado a recorrer el camino en sentido contrario: El último Porsche Macan EV volverá a los motores de combustión como opcional y lo propio sucederá con el nuevo Cayenne que se lanzará en 2027.

“Debido a que la adopción de vehículos 100% eléctricos se está retrasando, ahora Porsche tiene que volver a desarrollar modelos de combustión y, como si esto fuese poco, con costosos retrasos en la puesta en marcha de sus propios eléctricos, de hacerse cargo de gestionar la débil situación en China y con la incertidumbre en torno a las exportaciones hacia EE.UU.” estimó el analista Fabio Hölscher.

Demasiados contratiempos a un mismo momento que ya han tenido consecuencias: la cancelación de su proyecto de fábrica de baterías propia (prácticamente, lista para producir); el retraso de los nuevos 718 Boxster y Cayman eléctricos, así como el esperado SUV K1 para siete ocupantes; y la eliminación de 1.900 puestos de trabajo en Alemania, con más de 8.000 aún en riesgo, según medios locales.

La situación en China está siendo otro de los problemas que acechan a Porsche: las ventas del 2024 marcaron una caída del 28% respecto a 2023 y lo que es peor, la tendencia se agravó en el inicio de 2025 con un descenso del 42% durante el primer trimestre.

Una situación que no parece podría revertirse fácilmente en el futuro: la llegada de nuevos modelos eléctricos chinos de altas prestaciones con precios muy inferiores están comenzando a afectar las posibilidades de Porsche, y con un agravante, ya que amenazan minimizar el efecto del reconocido prestigio de la marca alemana.

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