El Cinquecento dejará un importante vacío entre los vehículos urbanos, una silueta de leyenda, que se retirará por segunda vez, a la espera de un remplazo que tardará demasiado en llegar.

El icónico modelo se despidió de la planta polaca de Tichy desde julio pasado, tras casi dos décadas y cientos de miles de unidades vendidas en Europa, obligado a cesar su producción acuciado por normas de seguridad que no puede cumplir sin una fuerte inversión en desarrollos, y que fue uno de los motivos fundamentales que obligaron a la marca a eliminar uno de sus grandes éxitos.

La gran apuesta de Luca de Meo de hace 17 años atrás, por entonces máximo responsable de FIAT, logró uno de los grandes objetivos de la marca italiana: aumentar su rentabilidad en uno de sus momentos más difíciles. Ahora, será el turno del Pandina y el nuevo Grande Panda los que intentarán, no sin atendibles dudas, representar a FIAT en el siempre disputado segmento de los vehículos urbanos.

Modelos que siguen apostando por la combustión tradicional, aunque lejos de la emblemática y exitosa propuesta adoptada por los miles de amantes del icónico 500. Los menos, entre estos, seguirán teniendo la oportunidad de disfrutar de la versión EV del 500 pero las ventas de este modelo cayeron en picada en medio del desplome general de los eléctricos, situación agravada por cierta ‘displicencia’ de la marca, que está demorando demasiado a la espera por una recuperación que, hasta el día de hoy, no se ha producido y que muchos dudan que se producirá.

La edición especial del Cinquecento Collezione de principios de año indicó “el principio del fin” para un modelo ‘exprimido’ hasta el hartazgo casi sin actualizaciones estéticas que alteraran su nostálgica silueta. Sin embargo y como para contentar a los fanáticos, el CEO Olivier François adelantó que el futuro 500 Hybrid ya se está desarrollando sobre la base del 500 eléctrico actual y que llegará en 2025, aunque recién saldrá a la venta a principios de 2026.

Estrategia que podría llegar a ser uno de los errores que FIAT debería haber evitado, teniendo el reemplazo ya alistado y no esperar casi un año y medio para presentarlo. Y en este, como en otros casos, queda en evidencia como “la primavera eléctrica”, ahora convertida en “dramático invierno”, ha llevado en muchos casos a implementar políticas erradas con consecuencias que recién ahora está comenzando a manifestarse.  

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