Pésima imagen de marca es la que Ford asume frente a la sociedad ante un intento por achicar sus stocks de unidades, ya que aparece como una desesperada solución que podría transformarse en un “tiro en el pie” con el correr del tiempo.

La situación queda todavía más en evidencia por la performance de uno de sus productos-estrella, el Mustang Mach-E, que ya no es un fenómeno de ventas en EE.UU., dada la muy complicada situación de los vehículos eléctricos, y que afecta ahora a uno de los mercados más importantes del mundo.

En este último aspecto, Ford es una de las marcas que peor lo está pasando, particularmente en su país de origen, donde sus dos únicos eléctricos se acumulan en grandes playas de estacionamiento a la espera de ser trasladados a concesionarios que no los quieren ni ver !! Una situación que dista mucho de la estimada por el fabricante que pretendía llegar a los dos millones de unidades vendidas en 2026 en todo el mundo, algo que no será realidad de ninguna manera.

Tratando de “minimizar pérdidas”, un informe apunta que Ford ha implementado una alternativa para los miles de unidades de Mustang Mach-E y F-150 Lightning que abarrotan sus fábricas americanas. El objetivo de Ford para mejorar sus ventas y atenuar semejante situación, se ha reducido dramáticamente: del gran mercado americano a la cúpula de los ejecutivos que manejan los destinos de la propia compañía!!

Medida con alcances que la hacen todavía más dramática, ya que incluso, a los “nuevos clientes” se les hizo saber que también tienen la posibilidad de alquilar una segunda, o tercera unidad, con la condición excluyente de que sea eléctrica!!

Un portavoz de Ford ha confirmado esta alternativa, destacando, no sin cierta “candidez” que “al alentar a nuestros empleados a conducir un vehículo eléctrico a través del programa opcional, pueden aprender de primera mano lo fácil que es y compartir mejor sus experiencias con amigos y familiares, una forma clave de aumentar la familiaridad con la nueva tecnología”.

Con esta medida, Ford pretende sugerir, por un lado, que si sus empleados usan eléctricos, alentarán a los clientes a apostar por ellos y, por otro, los que aprovechen esta oportunidad harán crecer los volúmenes de ventas. Una estrategia que dista mucho de ser la ideal, ya que aparece como una obligación impuesta y con la que muchos no estén de acuerdo.

Todas las marcas están sufriendo las graves consecuencias de las caídas de ventas de eléctricos en el mundo. Los fabricantes que producen “bajo demanda” son los mejor parados frente la situación, ya que no están siendo forzados a reducir la producción, como es el caso de Porsche. Sin embargo, está claro que, también estos últimos, tendrán beneficios sensiblemente menores a partir de las bajas de sus volúmenes de ventas.

Sin dudas, un escenario muy lejano del que se pronosticaba hace algunos años atrás, y que alienta constantes cambios de rumbo a partir de las diferentes tendencias en vez de un verdadero punto de inflexión que marque claramente una ruta a seguir.

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