La marca Renault descarta abandonar a corto plazo los vehículos con motores nafteros de combustión interna para centrarse exclusivamente en los 100% eléctricos, según las palabras de Fabrice Cambolive, CEO de Renault quien, paralelamente, adelantó que ambos “deberán convivir” durante muchos años.

De esta manera, Renault da un giro impensado a su intención previa de abrazar la impulsión 100% eléctrica en su totalidad, abandonando en corto plazo los vehículos impulsados por mecánicas ICE.

En momentos bastante inciertos para la industria automotriz europea habría que esperar más decisiones en este mismo sentido, iniciadas oportunamente por el grupo Stellantis y ahora seguida por Renault.

El forzoso proceso de cambio hacia los eléctricos y la cancelación de los ICE en el que se embarcó la Unión Europea no está exento de problemas y desafíos. En los últimos meses un elevado número de fabricantes y referentes del sector han mostrado su desaprobación sobre cómo se está llevando a cabo dicho proceso, algo que ha llevado a diversos fabricantes a reconocer su excesivo optimismo por los EV y, casi de inmediato, a modificar sus planes de electrificación.

Sugestivamente, el caso de Renault es probablemente mucho más elocuente que el de otros grupos, ya que la marca de origen francés viene de conseguir con la versión eléctrica de su Scenic el título de Auto del Año 2024 en Europa, lo que supone ser un fuerte espaldarazo, no solo al modelo y a la marca, sino también a la impulsión.

Por otra parte, en el mismo marco donde fue consagrado el Scenic, el Salón de Ginebra, la marca hizo debutar a la versión eléctrica del Renault 5, que promete ser un referente entre los EV accesibles, lo que habla a las claras de que el compromiso de la marca con la electrificación, pese a todo, continuará.

La demanda por eléctricos en Europa ha crecido de manera importante en corto tiempo. Sin embargo, sigue estando muy lejos de los niveles necesarios para que, en cuestión de media década, una marca como Renault pueda renunciar a los térmicos.

En ese sentido, el CEO de Renault, adelantó en Ginebra que los térmicos tienen aún una larga vida por delante en el portfolio Renault, haciendo hincapié que la propuesta quedará a cargo de unidades con tecnología híbrida que deberán convivir con los eléctricos. Según Cambolive, la estrategia de la marca para los años venideros apuntará a ofrecer dos frentes, manifestando, “nuestra estrategia será tener una pata en cada segmento: una línea de motores de combustión interna con tecnología híbrida y vehículos eléctricos”.  Una estrategia que confirma lo radical que resultó esta medida, “revitalizando” a los poco menos que condenados térmicos.

Es importante recordar que el objetivo inicial de Renault era vender solo vehículos eléctricos en Europa a partir de 2030. Una meta que la realidad demuestra es imposible de cumplir, no solo para Renault, sino para cualquier marca que pretenda llegar saludablemente a la década que viene.  El CEO de Renault adelantó que, frente a la competencia, su enfoque permitirá tener una mayor flexibilidad para adaptarse a los vaivenes de los mercados: “mínimo hasta 2030, seguiremos las tendencias con las dos ofertas muy competitivas en nuestra línea. Una estrategia que podría funcionar durante los próximos 10 años”.

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