Obviamente, esta impactante afirmación de Karel Kadlec, responsable de CarTec, el único distribuidor de Rolls-Royce en la República Checa, fueron realizadas desde una posición ‘a salvo’ de lo enunciado. A la marca de la cual Kadlec es representante en su país “el agua no le llega ni a los tobillos”: Rolls-Royce está muy por encima de las marcas chinas, quienes transitan a años-luz de la prosapia y el estatus de la británica, precisamente, factores de su reconocimiento y vigencia.

Sin embargo, las manifestaciones de uno de los mayores distribuidores de automotores de lujo a nivel europeo sólo con ser -al menos- “atendibles”, dejan en incómoda posición a las marcas generalistas frente a la ofensiva china.

Con más de veinte años al frente en el sector de la distribución de modelos de alto nivel, Kadlec, quien también es distribuidor exclusivo de la marca en Eslovaquia y Hungría, está avalado por su performance en República Checa durante este 2023, al que calificó como “el mejor de los últimos siete años”, con 23 Rolls Royce vendidos, un logro si tenemos en cuenta que se trata de unidades con precios por encima de medio millón de dólares cada una.

Esto, que parecería no ser un aval de peso considerando las diferencias entre los híper lujosos modelos que comercializa Kadlec, respecto a los mucho más populares de las marcas generalistas, no le impidió manifestarse, haciéndolo no sin cierta cuota de razón.  

Destacando en todo momento su relajada posición, el empresario, dice estar absolutamente convencido de que Europa ya perdió la batalla contra China, destacando que el continente, “estuvo muy dormido en los últimos años, mientras que las marcas chinas, especialmente BYD. Una empresa fundada hace menos de 30 años, que cuenta con un millón de empleados y produce varios cientos de miles de unidades anualmente, agregando que los precios son significativamente más bajos que los de la competencia europea, mientras que la calidad es absolutamente comparable”.

El distribuidor de Rolls-Royce más grande de Europa fue todavía más allá, añadiendo que, “cuando hace algunos años las marcas chinas se expandieron por Europa, tenían autos de baja calidad, feos. Pero pagaron por los mejores diseñadores europeos y estos crearon vehículos más atractivos, regresando con productos muy mejorados”.

Nadie puede negar que esta última apreciación es absolutamente criteriosa y acertada. Es más, en el marco de las explosivas declaraciones de Kadlec, probablemente sea la mirada más precisa, especialmente, porque es compartida por gran parte de los analistas y consultores internacionales.

En relación al resto de lo manifestado por el ejecutivo, creemos que el panorama no está para nada definido, por más que la balanza se incline en forma destacada hacia el gigante asiático.

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