Max Verstappen logró su 17ª victoria de la temporada ayer en el GP de San Pablo y, por su parte, Lando Norris y McLaren confirmaron su candidatura como los desafiantes más serios de Red Bull en la parte final de la temporada 2023. Esta fue la apretada síntesis de la prueba brasileña, sin embargo, la estrella de la carrera en Interlagos fue la defensa de Fernando Alonso sobre Checo Pérez, convertida en uno de los pasajes más brillantes de su exitosa y dilatada campaña en F1.

Hubo señales…

 Interlagos es un circuito propicio para las superaciones, especialmente, por las dos secciones habilitadas para la utilización del DRS que son sucesivas: la que utilizando parte del antiguo trazado perimetral, incluye la recta principal hasta poco antes de la curva 1 o “S de Senna” y, luego de transitada esta, el tramo recto que va hasta la curva 4. Lugares en gran medida responsables de que el promedio para la pole orille los 220 km/h.

En este punto, y con el protagonismo casi absoluto del nefasto DRS como aliado, Checo Pérez, con su poderoso RB19, tuvo que hacerlo trabajar a pleno, no sólo para superar al Aston Martin, sino para conseguirlo y establecer diferencias como para ponerse a cubierto del inminente “contragolpe” que había que prever de parte del asturiano.

¿Cómo lo logró Alonso? Con un conocimiento profundo de cómo funciona un F1, sumado a su proverbial y certera repentización y su indudable experiencia.

No siempre “la experiencia es un peine…”

“Viniendo adelante, tenía una pequeña ventaja en términos de adherencia en las últimas tres curvas. Así que sólo me estaba asegurando de no cometer ningún error en ninguna de las tres, porque si no, Checo estaría demasiado cerca a la hora de abrir su DRS, y el tramo es largo”, explicó Alonso.

El español sabía de que Pérez lo “cazaría”, y de esta forma se aseguró de llegar a las últimas vueltas con los neumáticos en las mejores condiciones posibles para las zonas ultra-rápidas (ambos autos calzaban los neumáticos blandos, los que más sufrían en el abrasivo Interlagos). Además, cuando el mexicano se acercó a la cola de su auto, a unas 20 vueltas del final, comenzó a valerse de la energía eléctrica del motor Mercedes híbrido para asegurarse de que las oportunidades de Checo disminuyeran en los tramos rectos habilitados para el DRS: la contención del RB entre las curvas 10 (“Pico de Pato”) donde se iniciaba el tramo superveloz y la 4, donde terminaba, fueron la clave…

Nada parecía contener al RB…

Sin embargo, esto no alcanzó, ya que el Red Bull seguía siendo más rápido. Entonces, Alonso comenzó también a utilizar la aerodinámica a su favor, zigzagueando, para que Pérez no pudiera anticipar la maniobra y que las turbulencias creadas por el Aston Martin afectaran al Red Bull.

“Simplemente, cambiaba mi línea. De ser posible, no quería estar siempre en el mismo lugar... A veces iba por adentro y a veces por afuera. De ese modo, él no tenía claro por donde iba a ir yo como para cambiar su propia línea de carrera y aprovechar la oportunidad para recibir un poco de ‘aire limpio’. Sólo estaba tratando de generar algo de turbulencia sobre la parte delantera de su auto”, amplió el español.

No obstante, Pérez desarticuló los planes de Alonso en la penúltima vuelta, superándolo en la frenada de la curva 1. “Me sentí algo frustrado después de haberlo contenido durante tanto tiempo. Cuando me adelantó pensé que se había acabado todo, que ya no tenía la oportunidad de luchar por el podio”.

Piloto de raza…

Sin embargo, Pérez cometería un leve error en la última vuelta, cuando Alonso presionaba con todo lo que tenía. El mexicano quiso proteger el interior en la última frenada ante la curva 1, se pasó ligeramente, y Alonso volvió a poner en competencia a su Aston…

Casi “pegado” al Red Bull, el español logró una mejor traza en las curvas de la “S”, aprovechó la succión que le brindó el RB19 de Pérez en la recta que lleva a la 4 y, finalmente, lo superó por afuera, logrando finalmente el tercer puesto que buscaba. “Me di cuenta de que Checo frenó muy tarde en la curva 1, me puse cerca, y decidí hacer un último intento en la curva 4”. Pero para disfrutar su éxito había que rematar la faena y contener al Red Bull en el temido tramo final, muy rápido y donde la complicidad del DRS estaba a favor de su rival.

En el sinuoso tramo entre la curva 6 y la 12, Alonso trató de establecer margen para cuando el DRS del RB19 fuera por su “ejecución”. Y pareció que sucedería así en los metros finales hasta la bandera de cuadros, pero… La foto oficial de F1, al mejor estilo de una cerrada definición hípica, indicó 53 milésimas de segundo a favor de Alonso sobre Pérez!!!

Felizmente para este deporte, el perverso elemento ideado para “favorecer los sobrepasos y el espectáculo” no pudo con la capacidad, inteligencia y determinación de un piloto de raza, mal que le pese a los responsables de la categoría, a “los opinadores del sofá” y a los que todavía creen que la F1 ‘comenzó con Senna’…    

Fuente: Motor.es

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