El consejero delegado de la petrolera española Repsol, Josu Jon Imaz, manifestó días atrás una contundente advertencia a las autoridades españolas y europeas, alertando de que se podría estar perdiendo la carrera tecnológica de la descarbonización, debido a lo que describió como un caso de “cerrazón ideológica” por parte de los gobernantes actuales.

Las declaraciones del ejecutivo fueron hechas durante la puesta en marcha de un electrolizador en una planta de Petronor (dispositivo que permite producir hidrógeno mediante un proceso químico –electrólisis- capaz de separar las moléculas de hidrógeno y oxígeno de las que se compone el agua usando electricidad). Durante dicho evento, el ejecutivo subrayó la importancia de tener una “apertura ideológica y permitir que la tecnología, en lugar de la ideología, determine los combustibles descarbonizados”.

Imaz puntualizó la necesidad de que la Unión Europea (UE) aplique “una política de neutralidad” para alcanzar sus objetivos sostenibles, no sólo a través de la electrificación, sino también mediante el desarrollo de “combustibles verdes”. Según manifestó, una gran parte de la economía mundial no podrá electrificarse en las próximas décadas, lo que afectará a sectores como el transporte pesado, marítimo, aviación, cemento, química y papel, etc. “Tendremos un 50 % de la economía sin electrificar y eso hay que descarbonizarlo y ese será el momento de los combustibles renovables”, enfatizó Imaz.

Repsol ha comenzado a producir “hidrógeno verde” en su centro industrial de Vizcaya con tecnología europea. Esta iniciativa forma parte de su plan de descarbonización y aspira a generar 350 toneladas anuales de hidrógeno renovable para uso industrial. Por otra parte, la compañía planea instalar electrolizadores en las inmediaciones de sus centros industriales en España, incluyendo uno en Cartagena con una capacidad de 100 MW, y otro en Tarragona de 150 MW, que será el mayor del país y que fue reconocido por la Comisión Europea como “un proyecto estratégico”.

Las manifestaciones del ejecutivo de Repsol también destacaron una discrepancia digna de tenerse en cuenta: mientras Europa planea prohibir los motores de combustión a partir de 2035, en EE.UU. están buscando inversiones para desarrollar motores que utilicen combustibles renovables como una alternativa a los vehículos que, por sus características y/o escenarios de funcionamiento, no pueden ser eléctricos.

Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor y también presente en el acto citado, señaló que la estrategia tecnológica e industrial, junto con un marco regulatorio adecuado, son elementos esenciales en la transición energética. “No hay transición energética sin estrategia tecnológica e industrial. Ni sin un marco regulatorio adecuado”, destacó.

Si bien la Unión Europea permitirá los combustibles sintéticos o e-fuels para vehículos nuevos con motor de combustión más allá de 2035, lo hará de un modo muy restrictivo que muchos consideran inviable en la práctica.

Junto con Alemania, cabeza del grupo de presión para reducir la neutralidad de los e-fuels del 100 al 70 %, otras petroleras se alinean en ese sentido. La más destacada es la gestión de la saudí Aramco (de reciente desembarco en Chile), probablemente, una de las más importantes, no sólo por envergadura industrial sino por peso estratégico.

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