DESPROLIJAMENTE ENCANTADORA
17/10/2023. La muestra clásica más importante del continente y una de las más destacadas del mundo, confirmó una vez más su validez y la calidad de muchos de los más de 1.000 vehículos exhibidos, aunque la limitada dedicación que tuvieron algunos eventos y espacios, amenguaron su exquisitez mostrando su costado más “rural”…
La propuesta de siempre prometía ser 'de excepción'. No sólo por las distintas celebraciones de marcas como, Aston Martin (‘cumple’ nº 110), Lamborghini (sus primeros 60 años), Chevrolet Corvette (el deportivo de las siete décadas), el centenario de las 24 Horas de Le Mans y los 120 años de Harley-Davidson, entre otras no menos destacadas, sino porque para la ocasión, en sus primeros 24 años de historia, la duración se extendió durante cinco días en lugar de los cuatro “normales”. Un detalle no menor, especialmente, si tenemos en cuenta las probabilidades de un clima excelente -como de hecho lo fue- y que, luego de haber sido “muy poco colaborador” en varias ediciones afectadas por la lluvia, esta vez fue un aliado inestimable…
La sumatoria rindió los frutos esperados. Gran cantidad de asistentes durante todos los días de la muestra (la organización, aún no informó sobre las cifras respectivas), con presencia de público de países vecinos, especialmente de Brasil y Uruguay (así lo testimoniaron las patentes de no pocos autos y motos), en un ámbito relajado a pesar de la muchedumbre, que confirmó una vez más que el marco del Hipódromo de San Isidro es poco menos que el ideal para la celebración de semejante feria (aunque habría que ir pensando en algún anexo para el estacionamiento de vehículos particulares, que para esta ocasión estuvo colmado y provocó bastantes demoras).
Acontecimiento que esta vez mostró facetas más costumbristas, con grupos de amigos o familiares desenfundando alimentos y bebidas de sus mochilas para armar reuniones tipo picnic. Un detalle no menor teniendo en cuenta la crítica situación económica de la Argentina y entradas que ‘in situ’ significaron desembolsos de 9.000 pesos por persona y de 4.000 pesos por cada estacionamiento de vehículo.
Los modelos premiados de la frondosa lista de categorías (creemos que son demasiadas) estuvieron a la altura de las circunstancias, aunque en algunos casos, el más sonado fue el de la elección del “Best of Show” que correspondió al Ford Model K Touring (1906) perteneciente a la familia Perez Companc, fueron resultados demasiado “cantados” y le quitaron la preciosa expectativa de presentar una terna finalista, sea por la actitud de los responsables de la organización (Club de Automóviles Clásicos) ó, precisamente, por la superabundancia de categorías que acotaron los tiempos de las premiaciones.
Los 75 años de Porsche, los 100 de BMW Motorrad y los 120 años de Ford, que también integraron el grupo de marcas “celebradas” tuvieron espacios destacados para ese fin, aunque creemos que les faltó el brillo propio que caracteriza a marcas con semejante prosapia. Tal como sucedió con los 110 años de Aston Martin o los "70" del Corvette, su presencia se limitó a ubicar sus excelentes ejemplares en un espacio determinado, “acordonarlo” con un cerco de cadenas plásticas, e identificar los modelos con placas detallando sus principales características, aunque no siempre con precisión (como en el caso más “sonado”, el del show car/maqueta del Porsche 919 que fue una aberración). Salvo excepciones, no vimos, por ejemplo, promotoras, un anfitrión del espacio dispuesto a atender al público, personas que se ocuparan de mantener la limpieza de los autos (la tierra suelta era abundante) e inclusive, una bodega que supo caracterizarse en otras ediciones de Autoclásica por sus degustaciones, ya no las ofreció.
Lo dicho al comienzo, primó más un carácter "rural" por sobre la jerarquía implícita del "contenido".
Como contrapartida, probablemente, el Automóvil Club Argentino (en conjunto con la asociación Argentina de Volantes) presentó un espacio siempre atendido donde, entre otros, estuvo el Brabham BT30 de F2 que condujera Carlos Reutemann, y al cual asistió con fines promocionales y recibiendo al público, Agustín Canapino, lo que provocó una presencia masiva de personas. Lo propio aconteció con la carpa que albergó a varios Lancia de rally (Delta Integrale “de Recalde”, Stratos, 037) que cada vez que pasamos tenía personas a cargo atendiendo el lugar, como también los autos históricos de la misma categoría, propiedad del reconocido ex-navegante con nivel internacional metido a coleccionista, Martín Christie.
Sin embargo, nada de lo que podamos criticar o puntualizar aquí, se compara con la calidad y magnitud del acontecimiento. De acuerdo a nuestra experiencia con otras ediciones de la muestra, probablemente, esta Autoclásica 2023 no haya sido la más “brillante”, en buena medida por la situación económico-social que vive nuestro país, pero fiel a su propuesta histórica, mantuvo inalterable su esencia. Esa esencia que es receptora de más de un siglo de movilidad y automoción, lo que la proyecta, ni más ni menos, en los tiempos que vendrán.