La Unión Europea ha propuesto terminar con el uso de cromados en los vehículos a partir del año 2024. Una prohibición que, de concretarse, obligará a las automotrices a buscar otro camino para tratar de destacar, elaborar, y hasta proteger, sus realizaciones, aunque asumiendo el riesgo de un alto nivel de contaminación.

Considerando que se trata de una de las terminaciones más utilizadas, de entrar en vigor la prohibición de los cromados, tal como se los manipula y utiliza en la actualidad, en algunos segmentos y para no pocas marcas, será una complicación más a tener en cuenta. Esto obligaría a los fabricantes a buscar alternativas con las que reemplazar una solución que, en distintos sectores de los vehículos, es poco menos que “una norma” desde hace décadas.

La medida que apunta a prohibir el uso de cromados a partir del año 2024 en Europa, está en línea con lo establecido en otros mercados globales, el más determinante en ese sentido, el estado de California, en EE.UU.

Por otra parte, se estima que esta medida tenga un impacto destacado en el estilo y también en la tecnología de los vehículos, a menos que pueda reemplazarse con una alternativa, y lo que todavía es más complicado, con las mismas cualidades y efectos visuales.

Más allá de los aspectos vinculados con la industria automotriz, el cromo se utiliza ampliamente en numerosos elementos del hogar (por ejemplo, en el acero inoxidable) y, por lo tanto, interviene en gran parte de las actividades diarias de las personas.

En relación a su toxicidad, la exposición laboral al cromo y sus compuestos, en forma de polvos, humos o nieblas, ya sea a través de la vía inhalatoria, digestiva o dérmica, presenta riesgo de daños a la salud. Ello motiva que además de la perceptiva y correcta identificación, evaluación, prevención y protección del riesgo, sea necesario un control específico de la salud de los trabajadores expuestos. Las sales hexavalentes de cromo se consideran las más peligrosas. Por ejemplo, el cromo hexavalente, es un compuesto tóxico que, a veces, se encuentra hasta en el agua, se trata una forma cancerígena del cromo metálico en estado de oxidación (su efecto fue graficado en forma dramática en el film ‘Erin Brockovich’).

La UE ha decidido tratar la prohibición de los cromados como resultado de los problemas de salud asociados con la creación del recién citado cromo hexavalente. En particular, está detrás del cáncer de pulmón, y se advierte que las emisiones en el aire emitidas durante el proceso de intervención de distintas piezas (elementos y embellecedores varios, llantas, catalizadores, componentes de pintura, curtido de pieles, fabricación de acero inoxidable, soldaduras, etc) son "hasta 500 veces más tóxicas que el diésel”, según la UE.

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