EL BOLIDE DE BUGATTI ENTRA A PRODUCCIÓN
25/04/2023. Superando todos los parámetros en materia de potencia y exclusividad de la marca, 40 unidades de este verdadero bólido se fabricarán con destino sólo para circuitos...
Paralelamente al desarrollo del Chiron y a la producción de los Mistral (roadster del Chiron), la exclusiva planta de Molsheim recibió a un nuevo inquilino que promete superar todos los parámetros de exclusividad y performance de la marca, el Bugatti Bolide. Dos años y medio después de la presentación del prototipo, se anunció su entrada en producción con entregas previstas a partir de 2024 y destinado con exclusividad para circular en circuitos.
Tal como sucede cuando hablamos de superautos, todas las unidades previstas estarán vendidas desde prácticamente su presentación y a clientes muy concretos que, además de disponer de alrededor de cuatro millones de euros netos que costará este hypercar con especificaciones propias de un vehículo extremo y que van más allá del Chiron del cual deriva, sólo podrán utilizarlo en 'track days' en pistas habilitadas a tal efecto.
Lo dicho, el Bolide no está homologado para calle, razón por la cual propone importantes diferencias comparado con el Chiron “normal”, partiendo de una carrocería monocasco de fibra de carbono hecha a medida, que obligó a rediseñar un gran número de componentes. Desde las suspensiones hasta los puntos de apoyo del motor cambiaron ubicación y forma, ya que también es más corto que el hyperdeportivo de producción en serie y lo propio sucedió con el sistema de enfriamiento, la aerodinámica general del vehículo y hasta el sistema de frenos.
Al respecto, mientras que en el Chiron, los discos de freno son carbono-cerámicos, en el caso del Bolide son íntegramente de carbono y, con un diámetro de 390 milímetros, obligan a la instalación de una cobertura de carbono también en cada llanta, para protegerlas del calor emanado de los propios discos. Los neumáticos son especiales, slicks prácticamente de competición, con una adherencia fenomenal bajo las condiciones más severas, y desarrollados exclusivamente por Michelin con tecnología heredada de los prototipos LMDh que compiten en el WEC.
Sus prestaciones se corresponden con el objetivo deseado. Mantiene el motor W16/8.0 litros/4 turbos que, para la ocasión, trae una potencia de 1.600 CV, con lo que supera con holgura la relación peso-potencia “ideal” de 1Kg/1CV, ya que el auto acusa tan sólo 1.450 kilos de peso neto. Todo indica que tenga una velocidad-punta de 500 km/h, aunque sus atributos no sólo se manifestarán en este rubro, sino en una dinámica de conducción absolutamente superior.
Según las estimaciones computadas por Bugatti, se calcularon tiempos-récord que despertaron no pocas dudas. Para los 20,8 kilómetros del “Infierno Verde” del Nürburgring se estimó poco más de 5m23s; mientras que para el circuito de La Sarthe, donde se disputan las 24 horas de Le Mans, se calculó un tiempo de 3m07s, objetivo demasiado ambicioso si consideramos que el récord absoluto de la pista (logrado por Kamui Kobayashi y el Toyota TS050 en 2017) fue de 3m14s791 a casi 252 km/h de promedio. En fin, el “atrevimiento” del marketing nunca deja de sorprender!!!