El nuevo VW ID.7, además de ser el primer sedan eléctrico de la marca alemana, se propone como un emblema tecnológico de la gama “cero emisiones” del fabricante. Reemplazará a su silueta similar del discontinuado modelo Arteon y, además de novedades generales, destaca la presencia de un motor que lo proyecta como referente tecnológico excluyente de la impulsión 100% eléctrica.

Nuevo conjunto propulsor que –producido en la planta alemana de Kassel- equipará a la generación futura de eléctricos y, a partir de su estreno en el ID.7, también se utilizará  en modelos de Audi y hasta se proyecta para las marcas Seat/Cupra y Skoda.

Con el APP550, VW apostó por un nuevo formato técnico donde, el motor eléctrico, normalmente sólo integrado en una pieza junto a la caja de cambio A1, ahora suma también al inversor, el diferencial y el sistema de refrigeración mediante aceite y agua. Un paquete muy compacto que, además de la propuesta exclusiva del propio motor, libera espacio en otras áreas de la plataforma MEB.

La sigla/numeración que lo bautiza hace referencia a los 550 Nm de par motor que alcanza, aunque este valor también depende de la relación final del cambio, conseguido gracias a un estator en el motor eléctrico, que ofrecerá una potencia de 210 kW, equivalente a unos 285 CV, equipado con un cable más grueso para contar con una mayor transmisión del flujo de corriente y a unas láminas de acero muy delgadas, aunque robustas.

Más allá de un nuevo rotor, un inversor rediseñado y un nuevo diagrama de frecuencia (con lo que se logra mayor eficiencia a diferentes regímenes) la clave para que el nuevo motor ofrezca una gran eficiencia en su funcionamiento está más allá de la propia unidad, y tiene que ver con la refrigeración. Razón fundamental para instalar un sistema doble, con una bomba eléctrica a demanda, que aprovecha los engranajes de la transmisión para distribuir el aceite y disipar el calor generado por el motor eléctrico a un intercambiador de calor, mientras que el agua se encarga de mantener una temperatura óptima de funcionamiento en el estator. Optimización que permitirá gestionar la transmisión de energía de la batería a los motores eléctricos lo cual, alcanzado satisfactoriamente, incrementaría sensiblemente la autonomía.

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