Hyundai es una de las marcas que más se ha esforzado por alistar una gama de versiones deportivas en dos de los segmentos clave del mercado, el B y el C. Una despliegue técnico que poco menos que no tuvo rivales, realizado sobre modelos que ofrecen sensaciones dinámicas que no tienen nada que envidiar a rivales con más tradición en el mercado.

El Kona N se propuso como ejemplo de que los crossovers pueden ofrecer un rendimiento muy elevado sin concesiones, mientras que el i20 N hizo lo propio entre los hatchback, además, potenciando la silueta más conocida y ganadora de la marca a través de su participación en el WRC.

No obstante, la división N ahora se enfrenta ante un nuevo reto, que no es el de los deportivos eléctricos, sino un desafío bastante más complejo, que reafirma la vocación de la marca por mantener vigentes a sus impulsores térmicos: renovar la propuesta frente a la nueva norma de emisiones Euro 7. Una regulación muy exigente pero a la que la marca no piensa renunciar.

Según fuentes alemanas, el brazo deportivo de Hyundai, ya ha encontrado un claro rumbo al respecto a partir del sustituto para su motor IL4/2.0 litros turbo.

Albert Biermann, presidente de Hyundai Motor Group, en unas declaraciones en el Festival Hyundai N en Australia, confirmó que la marca coreana no realizará adaptación alguna sobre el motor citado para adaptarlo a la nueva norma de emisiones, lo que implica que ni siquiera se contempló la posibilidad de electrificarlo. Algo que, dicho sea de paso, tranquilizó a los muchos quienes apuntaban a la desaparición de los i30 N y Kona N.

Según amplió el ejecutivo, la marca cuenta con un IL4, pero de 2.5 litros, turbo, que anima a versiones deportivas como la del Elantra N, el extinto KIA Stinger y a modelos de Genesis que, sin ser un motor con especificaciones propias de la división deportiva, se ajusta perfectamente en rendimiento y posibilidades al objetivo deseado. Su potencial lo avala, entrega una potencia máxima de 304 CV y un torque máximo de ​​422 Nm, valores satisfactorios que pueden inclusive optimizarse en manos de la división N.

Un propulsor que, según la marca, es compatible con el cambio de doble embrague A8, e inclusive tanto con tracción delantera como con tracción a las cuatro ruedas.

El único inconveniente, que Biermann dejó en claro, es que no se trata de un motor apto para todos los mercados mundiales. Un aspecto no menor, ya que supondría cesar la comercialización de algunos modelos deportivos en mercados puntuales. Aunque esto recién podría suceder a partir de 2025, cuando conozca más sobre el futuro de los N y cuando sea más próxima la entrada en vigor de la norma Euro 7.

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