Toyota fue la primera marca que anunció el desarrollo de un nuevo motor de combustión alimentado por hidrógeno directamente, combustible cuya función también la marca ‘desdobla’ bajo el formato de celdas o pilas que, a través de una reacción química, generan energía eléctrica de impulsión. Más allá de ser una de las líderes en la estrategia de electrificación, que apuesta seriamente desde hace años por híbridos y eléctricos, la marca japonesa es una de las que se niega a renunciar a la combustión tradicional, utilizando su experiencia en el campo del hidrógeno para sumar una alternativa muy viable, aprovechando la infraestructura actual y, paralelamente, ‘tenderle la mano’ a los motores térmicos.

En los últimos tiempos, han sido varias las presentaciones de propulsores adaptados para utilizar hidrógeno en la combustión, en lugar de combustibles fósiles o sintéticos. El último en sumarse a esta alternativa es el departamento de competición de la consultora de ingeniería AVL, la división RaceTech, quien ha presentado un sofisticado motor que revolucionará el deporte-motor, en primer término, para luego trasladar su propuesta a la industria automotriz.

La novedad es una combinación de tecnologías para conseguir un rendimiento realmente impensado, pues se trata de un motor IL4/2.0 litros que se alimenta exclusivamente de hidrógeno, y que desarrolla una potencia máxima de nada menos que 408 CV! Rendimiento que supone ser un verdadero hito, ya que alcanza una impensada relación de 204 CV/ litro, aunque lo más notable es que lo hace a través de aspiración natural, o sea, sin la necesidad de emplear turbos!!!

La división RaceTech de AVL, con sede en Graz, Austria, acumula una dilatada experiencia en el campo del hidrógeno, ya que desarrolló un motor especial en 2013 con un funcionamiento alternativo de hidrógeno/nafta, utilizando un desactualizado Aston Martin Rapide S como vehículo-laboratorio  de esta tecnología en las 24 horas de Nürburgring, donde quedó demostrado que es posible ofrecer un rendimiento muy elevado en los motores que funcionan con una mezcla pobre de combustible y que necesitan un alto nivel de aire en su combustión.

Entre otras alternativas técnicas, el nuevo propulsor, que se espera que esté listo para competición a partir de mediados del año próximo, también cuenta con la ayuda de tecnología de inyección de agua, pulverizando el líquido elemento en los colectores de admisión del motor, lo que aumenta la presión de sobrealimentación. Con esto, paralelamente, se logra que su evaporación se convierta en un refrigerante para cámaras de combustión, cilindros y pistones.

Sin embargo, más allá de cualquier disquisición técnica que avale el proyecto, no debe olvidarse que el mismo contará con el implícito favor de una infraestructura instalada y perfeccionada en materia de fabricación de motores de corte tradicional y con proveedores experimentados, lo que no sólo lo beneficiará desde el punto de vista industrial, sino hasta desde el punto de vista social, habida cuenta de que no se necesitará prescindir de mano de obra especializada, actividad en riesgo ante la irrupción de la electrificación total.

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