Sin embargo, la que hasta ahora fue la mejor carrera del año de MotoGP, con los siete primeros llegando en menos de un segundo, también entregó un Marc Márquez dando un nuevo paso adelante en su titánica recuperación, después de su cuarta operación en el brazo derecho, abrazando un podio que ya lo tiene como visitante habitual, y a Francesco “Pecco” Bagnaia, saltando desde el último escalón al tope del torneo de Pilotos y poco menos que acariciando la corona 2022.

Referentes que hacen todavía más brillante la victoria de Alex Rins sobre la Suzuki GSX-RR, emergentes de un período oscuro y vacilante, luego de dos años sin victorias y de que la marca anunciara, en julio pasado, la cancelación de su proyecto de MotoGP a fines de la temporada 2022, con el previsible impacto que esto causó en todos los involucrados en el mismo.

El marco para este revivir de la marca de Hamamatsu al máximo nivel fue Phillip Island, el veloz circuito donde se celebra el GP australiano, escenario con “algunos caprichos” poco menos que inéditos: la posibilidad de fuertes vientos por su vecindad con el mar, un pavimento muy abrasivo y la presencia habitual de la fauna local, desde wallabies hasta gaviotas!! Con estas particularidades siempre vigentes (este año, en prácticas Aleix Espargaró casi atropella a un wallabie a más de 220 km/h!!) los líderes de la carrera, un cerrado pelotón de punta, con más de media docena de aspirantes, intercambiaron lugares en todo momento, aunque en realidad, solo esperaban las últimas vueltas para desatar el infierno...

Este fue el primer GP de Australia desde 2019 y la primera carrera real de gestión de neumáticos desde principios de 2020, cuando Michelin presentó su slick trasero de mayor duración. Por lo tanto, no fue una coincidencia que la GSX-RR de Suzuki, que es tan buena para “resguardar” sus neumáticos, estuviera entre las candidatas el domingo.

“Por otra parte, Álex Rins sabía que era el momento, su primera oportunidad en dos años para aprovechar los puntos fuertes de la GSX-RR e ir a buscar su cuarta victoria en MotoGP. El español de 26 años aprovechó  el buen trato de los neumáticos por parte de la Suzuki y la ventaja de velocidad que demostró la moto en las curvas rápidas y fluidas de Phillip Island para vencer a un poco menos que heroico Marc Márquez por menos de dos décimas de segundo” (así lo destacó Mat Oxley en MotorSport).

Mientras tanto, Bagnaia, recibió la bandera a cuadros tercero, a tan solo 0.038 detrás de Márquez, para hacerse del liderazgo del torneo por primera vez en el año, después de que sus principales rivales por el título tuvieran una jornada olvidable, con el líder hasta Australia, Fabio Quartararo, cayéndose, y Aleix Espargaró , cuya Aprilia tuvo problemas electrónicos, rescatando tan solo un opaco 9º lugar.

Fue una definición cuyos actores principales (los tres del podio) palpitaron con diferentes expectativas.

Bagnaia confesaba “luego que desde boxes me avisaron que Fabio estaba ‘out’  pensé que una victoria sería perfecta, pero más importante era terminar la carrera. Cometí varios errores este año y no era momento de asumir riesgos. Además, mi neumático delantero había sido muy castigado”.

Mientras tanto, Márquez, quien hace unos años, antes de la caída que cambió su carrera en Jerez 2020, se habría sentido muy decepcionado por haber sido derrotado a metros de la llegada, ahora estaba encantado de terminar segundo, su primer podio desde que se sometió a una cuarta operación por su molesta lesión en el brazo derecho y el nº100 en MotoGP. Además, sintiéndose muy satisfecho por haber sido el único piloto de la grilla que eligió el neumático trasero blando (todos optaron por el medio), alternativa que lo puso a las puertas de una victoria memorable, lo que lo llevó a enfatizar, “al final, tenía razón!!”.

El triunfo de Rins en MotoGP en Australia, quien había largado desde el 10º lugar en la grilla, se sumó a sus victorias en Moto2 y Moto3 en Phillip Island, y fue el regalo de despedida perfecto para el equipo Suzuki, donde muchos de sus integrantes se quedarán sin trabajo en unas pocas semanas.

“Lo logramos y estoy súper feliz, porque el equipo y todo el personal de Hamamatsu se lo merecen, trabajan muy duro. Me sentía bien, utilizando como me gusta el neumático trasero, encontrando buena tracción y vuelta a vuelta hice algunos adelantamientos hasta que alcancé a los tres primeros. Entonces me di cuenta de que iban lentos, así que me puse adelante para ver si podía escaparme, pero Pecco me adelantó en la recta, así que decidí quedarme detrás de él para cuidar mi rueda trasera. Al entrar en la última vuelta, sabía que si estaba cerca de él, tendría algunas opciones para adelantarlo al salir de la primera curva y así fue...

Antes de la carrera hicimos un plan. Marcamos con una ‘cruz’ las curvas donde tenía que cuidar los neumáticos. En Phillip Island no es necesario tener mucho cuidado con el flanco derecho de los neumáticos, así que giraba a una buena velocidad en la curva 1 hacia derecha y exigiendo un poco más del neumático trasero que los demás, saliendo con algo de derrape. Esta fue la clave. Me hizo ganar muchos puestos”.

Sin embargo, Bagnaia lideró en la última vuelta, Rins aceleró por el exterior de la Ducati al salir de la curva 1 para colarse por su interior en la curva 2, lo que empujó a su rival un poco más hacia afuera, permitiendo que Márquez pasara por el interior para tomar el segundo lugar. Cuando los tres, más los cuatro que los seguían en pocas décimas, salieron de la última curva, la suerte estaba echada...

A Alex Rins y a Suzuki, poco le importó la especulación de Bagnaia por saltar al primer lugar del torneo, como tampoco que fuera el centésimo podio y “de recuperación” de Márquez, fue el mágico momento en que los escapes de la GSX-RR sonaron como “el canto de un cisne”...

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