La crisis automotriz mundial no afecta por igual a todos los fabricantes. En el grupo de los líderes, Toyota es uno de los que mejor está neutralizando el impacto causado por la falta de componentes y las consecuencias de la guerra en Ucrania, lo que le brinda la posibilidad de convertirse en el mayor fabricante por tercer año consecutivo.

En su momento, Toyota hizo historia al destronar a General Motors como el máximo fabricante de vehículos, condición que el grupo americano había mantenido durante décadas, y desde 2010, solo VW puso en peligro dicha clasificación, sin embargo, en los últimos años -e inclusive en este- no parece que el líder no vaya a ser otro más que el grupo japonés.

Inclusive a pesar de que las ventas de Toyota, durante los cuatro primeros meses de 2022, hicieron que la producción haya caído un 5,8% en relación con el mismo periodo de 2021. El grupo no pudo conseguir el objetivo de récord de producción previsto, pero se minimizaron los daños...

Si se combinan las ventas de las marcas del grupo, Toyota, Lexus, Daihatsu e Hino, suman 3.429.636 unidades a nivel mundial. Con 692.370 unidades comercializadas en Japón (-16,3%), donde controlan el 46,2% del mercado, y 2.737.266 unidades en el resto del mundo (-2,7%).

En el mismo período, su rival  VW tuvo muchos problemas. Por un lado, en Europa sufrió en forma más directa las consecuencias de la guerra en Ucrania, que lo ha dejado sin ciertos componentes al interrumpirse su producción. Por otra parte, en China fue afectado por cierres decretados a raíz del brote de Covid-19. Toyota también sufrió en ese sentido, aunque en menor magnitud. No obstante, Toyota lleva ocho meses consecutivos con reducción de ventas interanuales por faltante de piezas.

El fabricante japonés trabajó estrechamente con sus proveedores para ajustar el ritmo de producción de acuerdo a las circunstancias, tratando de no quedar con plantas paradas por falta de componentes.

Con ambos abocados a superar sus propias dificultades, el más perdidoso resultó el Grupo VW, con una reducción en las ventas del 26% en el primer cuatrimestre combinando todas sus marcas.

Otro escenario donde el grupo japonés mantiene su presencia firme es en el segmento A europeo, prácticamente abandonado por los principales fabricantes generalistas, y sin versiones electrificadas. Toyota también puede permitirse el lujo de fabricar unidades de modelos con “poca demanda” como el GR86,  enfoque al que los productores  generalistas prácticamente han renunciado

En cuanto a lo financiero, también es destacable que al cierre del año fiscal 2021/2022, que se cierra en marzo, Toyota había tenido un beneficio neto de 2,85 billones de yenes, un 26,9% más que en 2020/2021. Tengamos en cuenta que en 2021 el grupo japonés vendió 10,34 millones de vehículos, un 10,2% más que en 2020.

Toyota logró ahorrar mucho dinero mediante el recorte de costos en el peor momento de la pandemia, por lo que el año fiscal 2020/2021, pese a la caída de ventas del 15% en la marca-madre y del 5,1% en las demás, el beneficio aumentó en un 10,3%. En este escenario, en 2020, Toyota superó a VW por primera vez en cinco años.

Está claro que Toyota está capeando la crisis en mejor medida que los principales fabricantes, manteniendo volúmenes grandes y lo que es más importante, beneficios. El poder mantener altas cifras de producción permite al fabricante no subir tanto los precios como otros, algo que seguramente queda en evidencia a la hora de comprar un vehículo de algunas de las marcas del conglomerado japonés.

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