El Abarth 131 Rally se lanzó en 1976 para competir en el Grupo 4 y lo hizo durante seis años en el WRC, obteniendo 18 victorias en rallies internacionales, tres títulos mundiales de Constructores, dos títulos de la Copa FIA de Pilotos de Rally con Markku Alen y un Campeonato del Mundo de Pilotos con Walter Rohrl (tuve oportunidad de compartirlo con el piloto alemán y su navegante, Christian Geistdörfer, en un recorrido previo al primer Rally de la Argentina en 1980, carrera en la que el trío venció y Carlos Reutemann fue 3º con un 131 Abarth similar).

Semejante historia que honrar, mereció que Abarth equipara el “695 Tributo 131 Rally” con un motor T-jet IL4/1.4 litros que genera 180 CV y un par motor de 250 Nm a 3.000 rpm. Esto le permite un 0-100 km/h en 6s7/10  y una velocidad máxima de 225 km/h.

Su sistema de frenado también es consecuente con la propuesta: calipers Brembo de cuatro pistones y discos de 305 mm de diámetro adelante, con discos ventilados de 240 mm de diámetro atrás. Las suspensiones incorporan amortiguadores Koni FSD en ambos ejes y presenta un enorme alerón, oficialmente llamado "Spoiler ad Assetto Variabile" que, como sugiere el ampuloso nombre, tiene 12 posiciones variables entre 0 y 60º. En su ángulo más pronunciado, el alerón genera 42 kilos extra de carga aerodinámica a 200 km/h, lo que ayuda a optimizar la tenida en ruta.

Más allá de conducirse como un pequeño y dinámico auto de rally de los ‘70, el Abarth 695 Tributo 131 Rally también tiene una apariencia única e inspiradora. Un nuevo tono de tres capas de “Blue Rally” es una interpretación moderna del color del vehículo original. El techo, los parantes y los detalles, por su parte, están pintados en “Scorpion Black”, aunque para aquellos que prefieren un vehículo de un solo tono, se puede obtener en “Rally Blue” o “Record Grey”. En el habitat, Abarth ofrece un tablero de Alcantara y asientos de tela Sabelt con inserciones y costuras azules.

Y como remate externo al paquete de personalización, el pequeño deportivo ofrece el sistema de escape "Record Monza Sovrapposto" que, como su nombre lo sugiere, es tan llamativo como estridente. No era para menos, un tributo a semejante modelo, merecía ser “gritado” de esta manera...

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