El deportivo XK-E de Jaguar, culminación de la deportividad de la marca en la década anterior trasladada “a la calle”,  fue presentado a la prensa mundial en el restaurante du Parc des Eaux Vives, en Ginebra, por Sir William Lyons. Rodeado de hasta 200 miembros de la prensa, el auto causó sensación desde su primer contacto, no sólo por su propuesta única en materia estilística y de personalidad, sino por su precio. A £ 2.097 para la versión roadster y £ 2.196 para el cupé, era considerablemente más barato que autos de rendimiento similar, como Ferrari, Aston Martin y Chevrolet Corvette, y estaba a la par con deportivos mucho más lentos de Porsche y AC. De hecho, los E-type se vendieron, inicialmente, con un precio hasta más económico que el anterior XK150...

De la versión “S” de este último modelo, el XK-E heredó su tren motriz, que combinó un motor XK de 3.781 cm3 al cual se acopló una transmisión Moss de cuatro velocidades, sin sobremarcha. La marca afirmó que el motor “tipo E” producía 265 CV (SAE) a 5.500 rpm, pero esto era, por lo menos, una exageración.

El block de cilindros, de hierro fundido, era fabricado por Leyland Motors en Lancashire, una tarea que había realizado desde 1948, antes de su participación en la gestión de Jaguar. La tapa de cilindros, de aluminio, provenía de dos diferentes orígenes: West Yorkshire Foundries de York y William Mills de Wednesbury, Staffordshire. El motor XK era alimentado por carburadores SU HD8 SU “de dos pulgadas”.

La hermosa carrocería  estaba montada sobre un monocasco central de acero, un año antes de que el chasis monocasco apareciera en la F1 (Lotus 25, creación de Colin Chapman).

La suspensión trasera independiente diseñada por Bob Knight (con los frenos de disco montados a la salida del diferencial y no en los extremos de las ruedas) y el uso puntual y cuidadoso del caucho ayudaron a suprimir el ruido y las vibraciones.

 Inicialmente, el E-Type estaba disponible en dos siluetas, el roadster, con el estilo de Malcolm Sayer, y el cupé techo duro (FHC), con un portón trasero inédito que se abría lateralmente, que también contó con algunos aportes del propio Sir William Lyons y Bob Blake.

El E-type fue el único Jaguar producido durante la participación activa de Lyons en el liderazgo de la empresa, y no diseñado en su totalidad por él mismo.

Enzo Ferrari le dio el último impulso para que se convirtiera en una leyenda:  “¡Es el auto más bonito jamás fabricado!”...

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