El Mercedes-AMG GT Black Series llegó tal como se suponía, aunque no aseguraba una vigencia prolongada, algo que a la luz de las últimas noticias ha llegado a su término luego de una permanencia en producción durante un año.

Un modelo  que recurrió a la fórmula, “homologado para calle pero con especificaciones de competición”, el AMG GT más extremo se destacó por la utilización de la máxima expresión en potencia del V8/4,0 litros, biturbo, sin necesidad de asistencia eléctrica (730 CV), y con un desarrollo aerodinámico realmente extremo a cargo de responsables de AMG muy ligados a la competición.

Tanto Mercedes como AMG, no escatimaron nada en absoluto en este auténtico superdeportivo que, en lugar de seguir comercializándose, será marginado no sin entregar uno de sus valores subyacentes más destacados: un plus de exclusividad a sus propietarios que va más allá de estar entre los apenas 1.700 “elegidos” que accedieron al modelo, ya que dispondrán de unidades poco menos que “únicas”!!

Y un extra más, el de haber logrado en el mítico “Infierno Verde” de Nürburgring un récord que lo postula como uno de los modelos más rápidos en su categoría.

Criteriosamente, Mercedes no hizo gala de un logro que, a menudo, es bastante manipulado para cumplir con el marketing de cada intento, aunque fuentes alemanas develaron que el auto estableció un tiempo de 6m53s, superando por cinco segundos al Porsche 911 GT2 RS, y quedando cerca del logrado por el Lamborghini Aventador SVJ, que clavó el cronómetro en  6m43s  en los más de 20 kilómetros de recorrido del Nordschleife citado.

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