El año pasado, en EE.UU.,  se vendieron 54.314 Dodge Challenger (+3%), superando por 359 unidades  los 52.955 Ford Mustang (-14,2%) y dejando tercero al Chevrolet Camaro con 21.893 unidades (-25%).

Por vez primera en un año completo, Dodge ganó “la batalla de los pony-cars”...

 En 2017, el Dodge Challenger dio el primer indicio. Fue cuando postergó al Camaro por el segundo puesto, tras varios años de escoltarlo. Luego de parciales en otras temporadas anteriores, donde apareció liderando –cosa que no ocurría, sin embargo, cuando se cerraba el año-calendario-  ahora se convirtió en el nuevo referente del segmento al destronar a “la bestia negra”, el Ford Mustang.

Un hito que no llamaría la atención en un mercado dinámico como el de EE.UU., con los vaivenes que –además- provocaron la pandemia y la llegada de la electrificación, sumados a las distintas crisis puntuales de la automoción, pero que realmente sorprende cuando estamos hablando de un producto que ya tiene una vigencia de 14 años!!!

Y la sorpresa llega en una temporada que, como si fuera poco, estuvo marcada por la escasez de microchips, que si bien afectó a todos por igual, no impidió que las ventas del Challenger, no sólo se mantuvieran estables, sino que hasta crecieran, como lo demostraron los números que adelantamos.

Por otra parte, la vigencia que destacamos en el Challenger que, tratándose de cualquier modelo a nivel global hubiese resultado por lo menos lapidaria, en este caso parece haber sido un preciado galardón, especialmente, porque la silueta estuvo ausente del mercado durante 25 años (1983/2008)!!! Un detalle no menor que fue compensado con creces con detalles muy significativos: el mantenimiento de su estilo y el prestigioso arribo de motorizaciones realmente impresionantes, como fueron la llegada de los SRT Hellcat en 2015 y Demon en 2018.  

Una especie de acentuación sobre el genuino espíritu muscle-car que se reveló como un gran éxito a pesar de un precio superior y de un sensible retraso en materia de seguridad y tecnología.

También contribuyó el hecho de que Dodge gestionó su stock de forma inteligente, reduciendo la cantidad de Challenger que salen de fábrica sin dueño asignado, impulsando a los clientes al formato del “pedido directo a fábrica”, para optimizar el número de vehículos fabricados y vendidos, propiciando la relación “más clientes que autos”.

Otro de los atractivos que propuso el Challenger fue el de las opciones de personalización, lo cual satisface el ego de esos “clientes especiales” que requieren una atención particular.  

Y todo esto, sin perder su esencia ni su estilo, entregando una imagen más old-school que sus rivales directos Camaro y Mustang, que han sido sensiblemente modificados en tantos años de vida comercial. Es más, sin proponer una versión convertible y tampoco variantes de acceso, por ejemplo... ni soñar con motores de cuatro cilindros!!!

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