Honda regresó a la F1 en 2015 en carácter de proveedor de motores para McLaren, pero sufrió un comienzo desastroso con motores de bajo rendimiento y poco confiables, en cierta forma debido a que tuvieron que ser diseñados y ajustarse en función del auto que la marca ya había desarrollado para esa nueva temporada.

Asociación que resultó ser una gran mancha para la orgullosa compañía japonesa, que tuvo su punto culminante con aquel crudo comentario de Fernando Alonso comparándolo con “un motor de GP2”, lo que en nada ayudó a mejorar unas relaciones que a esa altura ya estaban más que tirantes.

Así fue como, tres años después del debut de la “alianza”, la falta de resultados y el desgaste emocional de ambas partes, llevaron a McLaren y Honda a decidir, finalmente, separarse en el otoño europeo de 2017.

AlphaTauri, luego Toro Rosso, apareció entonces para una segunda oportunidad...Después de no poco intercambio de información, sugerencias de uno y otro lado y una gran dinámica de adaptación, la combinación se hizo realidad para la temporada 2018 y, a partir de los primeros –y alentadores- indicios, Red Bull siguió el ejemplo de su segunda marca.

Honda se integró mucho mejor a la familia austríaca, hasta el punto en que las unidades de potencia japonesas finalmente lograron competir con los principales motores de Mercedes después de los últimos desarrollos del invierno pasado y, a partir de la primera carrera de este año, se convirtieron en el aliado diferente que Red Bull había estado buscando para salir del “círculo vicioso” que proponía la dependencia de Ferrari, Renault o la propia Mercedes.

Integrada a un proyecto donde todas las partes tuvieron una idea clara en común y volcaron sus esfuerzos en ese sentido, Honda le permitió a Verstappen desafiar a Lewis Hamilton y Mercedes y, finalmente, vencer al británico por el título de pilotos de 2021.

Si bien la alianza austro-nipona tuvo que ceder en el campeonato de constructores frente a la marca alemana, en Honda están convencidos de que el primer título de Verstappen, también es una recompensa para Honda, que creyó siempre en su propia tecnología a pesar de los primeros contratiempos. Y para confirmar la supremacía –o al menos, la paridad con Mercedes- vale decir que Max venció en 10 GG.PP., mientras que Lewis ganó ocho. Ambos igualaron las pole, sin embargo, el neerlandés lideró en más vueltas/kilómetros en carrera (652 giros contra 645 totales sumados de los 10 pilotos que lo escoltaron en el torneo 2021!!). El último apunte del responsable deportivo de Red Bull, Helmut Marko, respecto a la performance de los motores Honda, exime de cualquier otro comentario “...Y Max pudo haber hecho toda la temporada usando sólo tres motores”, en referencia a los cinco por año que, como máxima cantidad de unidades a utilizarse sin penalizar, establece la F1.

El responsable del desarrollo de los motores Honda, Toyoharu Tanabe puntualizó, "El año pasado estábamos bastante por detrás de Mercedes, pero estoy muy feliz de haber llegado tan lejos en este 2021, con pilotos y constructores luchando por ambos campeonatos. Desafortunadamente, no ganamos el título de constructores, pero creo que la razón por la que hemos llegado tan lejos es porque creíamos en nuestra tecnología y estábamos decididos a hacer lo que teníamos que hacer para ganar. Trabajamos sin descanso para desarrollar nuestra tecnología e intentarlo...

Paradójicamente, la última carrera de 2021 en Abu Dhabi también significó “el canto del cisne” para Honda en la F1, al menos, por un tiempo. Nuevos objetivos comerciales e industriales, de los cuales forma parte la electrificación de sus productos y la inversión en consecuencia, los alejará como proveedores de motores, y Red Bull asumirá el programa de motores internamente en su base de Milton Keynes y a partir de la tecnología de última generación que le entregará Honda. Un acuerdo que se hizo perfectamente viable ya que Red Bull no fabrica ni vende autos “de calle” y en gran escala y está lejos de competir con Honda en otro rubro que no sea, estrictamente, el deportivo.

Tanabe amplió que el entendimiento mutuo entre las dos compañías fue clave en el desarrollo de las unidades de potencia. "Trabajamos con McLaren desde 2015 y luchamos junto a ellos. Luego, en 2018, lo intentamos con Toro Rosso y lo hicimos con la mente abierta, lo que llevó a un contrato con Red Bull, que fue mucho más exigente. Creo que nos entendimos, también a los pilotos y descubrimos lo que teníamos que hacer para obtener el mejor resultado, y todo salió bien. Trabajar juntos como empresa y como grupo, fue determinante para el proceso. Cuando ordenamos todo esto fuimos a cada circuito  para tratar de ganar todas las carreras".

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