El “nuevo” modelo estará basado en una estructura estándar de la ACTC, cuya fabricación corre por cuenta de Talleres Jakos como todas las que compiten en la categoría, y podrá ser de Polara, Chevy o Torino (la que mejor se adapte), indistintamente.

Así comenzará en 2022 la historia en la añeja especialidad  de la primera marca asiática que se convertirá, en los papeles, publicidades y la percepción de  los fanáticos del TC, en “la quinta marca” en competir  en el TC luego de 40 años (la última en sumarse al cuarteto fue Peugeot en 1981).

El chasis reticulado de caños será cubierto por la carrocería del Camry, modelo para el segmento mediano que también representa a la marca en el NASCAR estadounidense (fotos con que ilustramos), aunque con sensibles diferencias.

Sin embargo, para su homologación, será necesario el concurso de los técnicos de la categoría quienes, luego de evaluar los principales datos, se abocarán a redactar un reglamento que le ponga el marco legal que tendrá que respetar la unidad para competir.

 En principio, el modelo va a estar impulsado por un “motor Cherokee” que, probablemente, tendrá la misma capacidad cúbica que las unidades utilizadas por los Polara, Chevy y Falcon, esto es desplazando 50 cm3 menos que la usada por las siluetas Torino.

Un paso determinante del proyecto –habida cuenta de la condición de especialidad casi monomarca que presenta el TC – esa la adecuación de los planos que generen cargas aerodinámicas (baberos, spoiler, deflectores, etc)  a lo que se sumará la definición  sobre los ángulos de  inclinación de parabrisas y de luneta.

De acuerdo a la búsqueda de paridad técnica que pretende la categoría, habrá un trabajo  “más fino” cuando, inevitablemente, se enfrente el nuevo Camry con las siluetas Falcon, Chevy y Polara en la pista, cuando comenzarán a hacerse otro tipo de evaluaciones a través de datos concretos, los que provengan de los equipos de adquisición de los mismos y la opinión de los principales protagonistas, los pilotos.

Lo concreto es que Toyota le brindará representatividad a su participación en la categoría, aunque lejos estará de algún aporte o solución tecnológica que sea siquiera una mínima evolución de algún componente de cualquiera de sus modelos, sólo deberá disponer de un bolsillo “bien forrado” para que tan sólo su logotipo luzca en la parrilla en una de las más pobres demostraciones de “presencia de marca” que le conocemos.

ROD

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