FERRARI CLASSICHE
01/09/2021. Los restauradores de Maranello mantienen los clásicos de la marca no sólo en condiciones de circular, sino listos para concursar!...
Una Ferrari, siempre llama la atención por todo lo que significa. Y lo hace aún más cuando el modelo está cargado de años que, a menudo, son preludio de historias y de épocas que han quedado muy grabadas en los admiradores de turno...
Si una Ferrari 250 LM roja llama la atención, otra amarilla es todavía más llamativa, por color y estado, además –lo decíamos- crece el interés cuando recordamos que una silueta similar fue la que logró la última victoria de la marca en las 24 Horas de Le Mans en 1965 (con Gregory-Rindt). A su lado, una Testarossa perteneciente a Piero Lardi Ferrari, el hijo de Enzo, espera atención.
El lugar, rebosa en piezas nuevas y herramientas cuidadosamente dispuestas, viejos motores desmontados, válvulas ennegrecidas por la combustión y deformadas por el carbón, los cuerpos de los Weber cubiertos, con sus trompetas pulidas y esperando.
Atrás aparecen siluetas distintivas y sensuales enfundadas en cubiertas rojas; aquí, las hermosas curvas de una Dino, más allá, un largo capot con forma de escualo de una 250 GT SWB...
Una visita guiada a cargo del jefe de Ferrari Classiche, Luigino “Gigi” Barp, sería lo ideal, aunque siempre hay que contar con que su tiempo es muy valioso.
Ferrari Classiche se fundó en Maranello en 2006 como respuesta a los pedidos de los clientes y al auge de los clásicos. El negocio creció rápidamente. Al principio, la división empleaba a 12 personas y restauraba 14 autos al año. Ahora ya tiene 25 personas que restauran alrededor de 85 unidades al año, de las cuales entre el 15 y el 20% son restauraciones completas.
Con una fecha límite de 20 años, las Ferrari más jóvenes elegibles para el tratamiento Classiche ahora incluyen las F355, 456 y F50, aunque casi todos los autos que se advierten son anteriores a los ‘80, y la mayoría fueron producidos en las décadas de 1950 y 1960.
Todo el trabajo de restauración se lleva a cabo en el lugar, excepto para la carrocería, que se subcontrata a expertos de confianza: uno para las más modernas, otro para las construidas con técnicas tradicionales, incluyendo la fabricación manual de paneles de aluminio. Aunque todo esto a menos de 50 kilómetros de Maranello...
Una magnífica 250 GTE blanca sobre una rampa tiene a dos técnicos trabajando debajo de ella. Su historia es una de las más hermosas. Es propiedad de un español y antes, de su padre. La localizó cuando era mayor, pero estaba pintada de azul y necesitaba una restauración completa. Se volvió a pintar del blanco original, se reacondicionó el motor y, después de seis o siete meses, volvió a ser como el hombre -hoy mayor- la recordaba desde niño. Ahora, vino buscarla con su esposa y su hijo, porque, como dicen en Classiche, “cuando hay una Ferrari por medio, todas las historias pueden volver a repetirse”.