Con su principal esfuerzo focalizado en su división de vehículos eléctricos, hasta hubiese sido comprensible si la marca alemana decidiera ponerle fin a su tradicional perfil de “constructor de roadsters”. Al menos, desde la facturación y la simplicidad, hubiera sido mucho menos complejo enfocarse en otros tipos de vehículos como crossovers y SUV electrificados, abandonando un segmento que, precisamente, no pasa por su mejor momento.

Otra solución simple para Mercedes habría sido tomar una de sus plataformas existentes, modificarla un poco, calzarle una carrocería roadster, tan atractiva como son capaces de hacerla, y bautizarla como “el nuevo Clase SL”. Los costos se mantienen bajos, la tradición continúa y todos felices, ¿ok?...

Sin embargo, no hubiera sido digno de Mercedes-AMG, por que adoptar una actitud como esta con uno de sus modelos más importantes de todos los tiempos, nunca fue la forma en que la marca edificó su imagen. Esto último solo se consigue respetando a su público y también a su legado, precisamente, lo que hizo la compañía con el nuevo Clase SL.

No se conoce mucho sobre la próxima evolución, aunque se supone que se lanzará a fines de este año. No obstante, AMG reveló ayer un detalle importante y muy prometedor al respecto, como lo es el hecho de que se montará sobre un marco espacial de aluminio y desarrollado “desde cero” con el Clase SL en mente.

La compañía afirmó que utilizó "una hoja de papel en blanco" en su desarrollo, lo que significa que no toma prestada ninguna pieza del Clase SL actual ni de ningún otro modelo existente de Mercedes-Benz o AMG. Está claro que Daimler quiere hacer de la nueva generación un vehículo mucho más significativo en su portfolio, y hasta ahora todo indica que va por el camino correcto.

El desafío fue, integrar aluminio, acero, magnesio y compuestos de fibra, la forma en que se obtuvieron esos materiales (el aluminio fundido juega un papel importante) o cómo se mantiene todo integrado (soldadura MIG, soldadura láser, remachado con punzón, remachado ciego, soldadura MIG, costuras pegadas y pernos de orificios de flujo).

Complejo sistema de elaboración que entregó como resultado final, una estructura que pesa 260 kilos, que tiene una rigidez torsional un 18% superior en comparación con el SL actual, un aumento del 50% en la rigidez transversal en comparación con el AMG GT Roadster, mientras que su rigidez longitudinal es un 40% mayor.

 Según anticipó la marca, el próximo Mercedes-AMG SL-Class contará con trenes motrices híbridos y con  "el potencial para adaptarse a una amplia gama de sistemas de propulsión".

Fuente: Flyin18T Motorsports/ AutoEvolution

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