El grupo VW quiere ser el líder del mercado mundial de vehículos eléctricos, a más tardar, en 2025. Así lo reveló durante su reciente informe anual, en el cual especificó que apunta a vender un millón de vehículos eléctricos en 2021 agregando que, para 2030, las unidades EV que entregará el conglomerado representarán hasta el 60% de la totalidad de su producción.

Mira hacia adelante, tal como hizo oportunamente con sus diésel, manipulando aún el costo de su engaño al fraguar las emisiones de NOx (óxido de nitrógeno) de los motores gasoleros de sus vehículos (se dice que fueron 11 millones de unidades entre 2009 y 2015, cuando se conoció el fraude), que hasta el momento ya va por costos que superan los u$s 35.000 millones y que promete incrementarse a medida que la justicia de los diferentes marcos afectados se expide.

Manipulación que, como tal, ha puesto al descubierto el costado más perverso de la situación, al conceder VW compensaciones de diversa índole: indemnizaciones monetarias en algunos casos u ofreciendo entregar llaveros, gorras y remeras en otros, de acuerdo a la importancia que la marca/grupo le adjudica a los distintos escenarios.

Volviendo a las ambiciones eléctricas del grupo alemán, este anuncio se produjo poco después de que confirmara, durante su evento “Power Day”, que construirá al menos seis giga-fábricas en Europa para asegurar el suministro de baterías de vehículos eléctricos consolidando el futuro de los mismos. Se espera que estas seis instalaciones produzcan 240 GWh de baterías por año, el equivalente a los acumuladores de más de cinco millones de unidades ID.3 en la configuración de rango más bajo.

Las dos primeras giga-plantas estarán ubicadas en Salzgitter, Alemania, y Skellefteå, Suecia. Esta última se encargará de la producción de baterías de menor volumen y precio más alto para ser utilizadas por las marcas Premium de la compañía, mientras que el establecimiento alemán producirá un conjunto de celdas de nuevo diseño para alimentar al 80% de todos los vehículos eléctricos del grupo VW para 2030.

Esta nueva celda de batería se optimizará para facilitar la producción, el reciclaje y el lanzamiento en 2023 y, según la marca, podrían reducir los precios de las baterías para vehículos de nivel de entrada en un 50% y en un 30%  para los vehículos eléctricos del segmento de volumen. VW también se manifestó ansioso por dar el salto hacia las baterías de estado sólido y espera que la tecnología esté lista unos años después del lanzamiento de esta nueva celda.

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