ISETTA 300, LA “BURBUJA” QUE SALVÓ A BMW
05/03/2021. Fue construido entre 1955 y 1962, satisfizo las necesidades de la Europa de posguerra pero, sobre todo, de la marca, que emergió de la IIª Guerra Mundial como “uno de los más perdidosos entre los perdedores” y, en un momento determinado, fue el auto monocilíndrico más vendido en el mundo con casi 162.000 ejemplares...
El BMW 300 estaba muy lejos de ser la máquina de conducir definitiva, es más, aún en su época y lo mismo que otros microcupés contemporáneos –Messerschmitt KR200 y Heinkel Kabine- estaba más cerca del ridículo que de un verdadero ejemplo de automoción.
Un modelo poco atractivo que, sin embargo, fue posiblemente uno de los más importantes en la historia de la fabricación de autos de BMW y que sin él, la saludable marca bávara que conocemos hoy, podría no haber sobrevivido a su casi bancarrota en la década de 1950.
El pequeño BMW cubrió las necesidades en una Europa continental poco menos que devastada luego de la IIª Guerra Mundial (1939-45) a través de un transporte minimalista y accesible, que fluyó de la mano del fabricante italiano de electrodomésticos Renzo Rivolta y su grupo ISO, que lo convirtió en el Isetta y lo construyó entre 1953 y 1958.
El industrial Rivolta vendió astutamente la licencia de producción de su económico “auto-burbuja” Isetta en todo el mundo, incluyendo a Velam en Francia, De Carlo en Argentina y Romi-Isetta en Brasil, luego que su ISO lograra su mayor acuerdo de derechos de fabricación para el modelo de la vacilante y casi arruinada BMW de Munich.
Sin embargo, la marca alemana no había salido de la IIª Guerra Mundial con mala salud. A esto contribuyó de manera determinante la gastadora y poco agraciada berlina 501, y que gran parte de las instalaciones de producción anteriores de BMW quedaron del lado de Alemania Oriental, el bloque dominado por la URSS luego de la división del país en 1945.
El pequeño microauto italiano con forma de burbuja de ISO estaba más en sintonía con las demandas de los compradores de autos nuevos de mediados de la década de los ’50, que el barroco 501 y los atractivos pero irrelevantes BMW deportivos, como el 503 GT cupé y el costoso 507 roadster.
Con el negocio de BMW tambaleándose al límite, y una posible adquisición por parte del fabricante de autos rival con sede en Baviera, Glas, sorprendentemente, el diminuto ISO se convirtió en “el vehículo adecuado para el momento adecuado” y, esencialmente, salva a la empresa que tantos fanáticos aman y admiran en la actualidad.
Con su pequeño motor de 250 cm3 (más tarde 300 cm3) montado en la parte trasera, el BMW de tres ruedas (luego disponible con cuatro ruedas para algunos mercados) era fácil de manejar, frugal, pequeño y se decía que era el auto familiar perfecto. Como su similar “burbuja Heinkel” desarrollado totalmente en Alemania, el Isetta solo tenía una puerta que se abría hacia adelante, se abatía hacia un lado, “llevándose” consigo el volante y la columna de dirección articulada.
El hecho de que no contara con marcha atrás, dio lugar a que circularan muchas historias apócrifas sobre propietarios de Isetta, especialmente, la que hablaba de quienes estacionaban contra una pared y luego quedaban atrapados adentro del vehículo porque no podían abrir la puerta para salir!! Sea cierto o no, BMW agregó más tarde un pequeño techo corredizo de tela para permitir a los pasajeros salir por el techo y alejarse del auto!!
El Isetta obligaba a abandonar la dignidad para ingresar a su interior, ya que había que entrar hacia atrás, agachando la cabeza para no golpear contra el marco superior de la puerta. Una vez que se uno se sentaba e instalaba en la cabina, quedaba aún un tramo largo para alcanzar la puerta y cerrarla para que el volante quedara en posición para conducir.
El diminuto motor de 300 cm3 cobraba vida ruidosamente y luego, tosiendo y balbuceando, también ruidosamente, impedía hablar entre los pasajeros mientras se aumentaba, muy lentamente, la velocidad.
El Isetta fue casi “maldecido” con una dirección indirecta y alarmantemente inquieta, y el manejo de la versión de doble rueda trasera era casi aterrador apenas superando los 40 km/h. El zig-zag nervioso era poco menos que una maniobra en la que poco tenía que ver el conductor, pero claro, el tránsito era otro...
También se dijo que el Mini original, creado por el genial Alec Issigonis, entre sus motivos principales esgrimía la intención de "sacar esos malditos autos-burbuja de las rutas" y no sabemos si fue así, aunque funcionó hasta hacer del estupendo Mini una leyenda (por aquel tiempo se lo citó como "la máquina motriz definitiva").
A la luz del tiempo transcurrido es algo irónico que BMW, que alguna vez fue el productor de uno de los peores autos pequeños jamás fabricados, ahora produzca modelos Premium de gran porte y sea el custodio de uno de los mejores Mini, aunque esta sea otra de las “ironías” del grupo alemán, ya que cualquiera de los modelos de esta gama está muy lejos del pequeño modelo original y, más irónico todavía, está mucho más lejos todavía de representar su nombre!!
"Ironía" a la que se suma el Isetta, que en su momento fue el auto monocilíndrico más vendido en el mundo, con 161.728 ejemplares comercializados y que, a pesar de lo simpáticamente horrendo que era en general, cumplió su misión como pocos ayudando a salvar a BMW que, sin él, tal vez hoy no estaría aquí.