En un giro irónico de los acontecimientos, la noticia llegó cuando Renault, que posee una participación mayoritaria de la empresa rusa AvtoVAZ, dueña de la marca Lada, anunció su bautizado –rebuscadísimamente-, Plan Renaulition.

La letra chica del proyecto  sugiere que AutoVAZ se beneficiará de las fuertes sinergias combinadas del grupo liderado por la marca francesa. Tanto la gama de productos Lada, como Dacia, se basarán en la plataforma CMF-B, configuración flexible y muy competitiva en costos. Juntas, las marcas producirán más de un millón de unidades con dicha arquitectura anualmente, pasando de cuatro plataformas a una y de 18 tipos de carrocería a 11.

El objetivo global es liberar el potencial de Lada y Dacia, convirtiéndolos en marcas internacionales, lo que les permitiría ir más allá de sus escenarios actuales en términos de mercados y segmentos. Con sólo un tema por resolver, que ambas marcas mantengan su esencia...

La idea, detrás de la creación de una única unidad de negocios entre ambas, es que Dacia y Lada seguirán siendo compañías separadas con sus propias marcas, historia y estrategia, pero se beneficiarán de una gobernanza más dedicada, enfocada y coordinada. Y lo que es más importante, estarán mejor integradas al sistema de aprovechamiento de sinergias del grupo Renault.

En este nuevo contexto es que surge el proyecto del Niva 2024, algo de lo cual se puede advertir en este breve avance, caracterizado por una modernidad influenciada por la historia del Niva y LEDs en forma de “L” en sus ópticas delanteras.

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