Entre no pocas circunstancias olvidables que nos deparó el 2020, el ámbito automotriz, uno de los más afectados por la pandemia del Covid-19 y la consecuente y rígida cuarentena,  entre algunos estertores que caracterizaron al “sube y baja” de las ventas, vuelve a conmocionarse por el cese de la comercialización de varios modelos de VW, y si bien la mayoría de ellos ya estaban sentenciados, al menos, parece inoportuna la elección del momento en que se produce la misma.

Se conocía la discontinuidad de Fox y Up, a los que ahora se sumó el Voyage. Tres modelos que se ofrecían para su adquisición por medio de planes de ahorro y que ahora, a partir del anuncio de sus reemplazos, pueden considerarse cancelados en la lista de comercialización de productos de la marca en Argentina.

Desde principios de año, se conocía el fin de la comercialización del Fox, cuyas ventas estaban en un nivel muy bajo después de haberse caracterizado por ser muy apreciado, aunque caro. El Up lanzado con “bombos y platillos” en 2014, se diluyó bajo una característica similar, aunque convertido en uno de los mayores traspiés de la marca en el país (se especula que aquí llegará la versión EV, aunque más como “indicador de prestigio” que como otra cosa). En relación al Voyage, la marca había anunciado que el sedán del Gol iba a ser rediseñado, pero el fin del modelo sorprendió antes de que esto se concretara, impulsado por ventas que, en principio, fueron auspiciosas aunque luego no acompañaron.

Paralelamente, VW reveló que se acerca el final de la producción del Passat en su planta de Chattanooga, Tennessee, EE.UU, hecho que se concretará en 2023. Si bien esto no implica algún tipo de similitud en relación a lo que sucederá con la cancelación de los modelos a nivel local, es bien sabido que el emblemático sedán propone una silueta en franca retirada frente al avance de los SUV/crossover. VW invertirá hasta u$s 800 millones en la expansión de la misma planta de Chattanooga para prepararse para el ID.4 eléctrico y, además de detener la producción en EE.UU. del Passat, también cesará sus ventas en el mismo escenario, aunque el modelo sobrevivirá en otros mercados.

En todos los casos, estas cancelaciones, más allá de los aspectos “emocionales” que podrían tener en clientes arraigados con determinada silueta, responden a una inevitable sucesión que, a medida que cambian los gustos y las necesidades, marcan las tendencias reales que sufren los mercados globales.

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