La oleada eléctrica que se manifiesta –avasalladora- incentivada por la oportunidad que le ha dado la pandemia por el Covid-19, con cierres de plantas, y/o reformulación de la producción, y/o reducción de personal y, en definitiva, la incertidumbre social que ha causado, no podía ignorar al auto deportivo más emblemático, el Porsche 911. Sin embargo, cuando los comentarios sobre la posibilidad comenzaban a arreciar, el máximo referente de la marca, Oliver Blume, subrayó, en términos inequívocos, que un 911 eléctrico al 100%  está muy lejos de llegar a concretarse, si es que eso algún día sucede...

 “El 911 es un concepto de un automóvil preparado para el motor de combustión interna. No sería útil combinarlo con movilidad eléctrica al 100%. Creemos en los autos diseñados específicamente para la movilidad eléctrica, pero el 911 no lo es”.

La decisión de mantener el 911 impulsado por un motor de combustión interna es un caso atípico para el plan de la compañía, según Blume que, para 2025, prevé que la mitad de todos los vehículos Porsche vendidos estarán electrificados, ya sea al 100%  o híbridos enchufables. También es probable que de esta forma aliente a las legiones de fieles de Porsche, que se deleitan con un concepto y una silueta de más de medio siglo, que excita la urgencia de los sentidos a través de la mecánica del deportivo naftero, en lugar del empuje silencioso y sin engranajes de los autos eléctricos.

Aunque el ejecutivo dejó en claro que si Porsche fabricara un auto deportivo totalmente eléctrico, probablemente, sería un modelo completamente nuevo. “Creo que en el futuro también hay espacio para que vehículos muy deportivos y totalmente eléctricos se sumen a autos deportivos como los actuales. Hay grandes oportunidades para que así suceda”.

Porsche se ha comprometido a invertir 15.000 millones de euros en movilidad eléctrica, producción sostenible y digitalización en los próximos cinco años, manifestó Blume. También está buscando socios para desarrollar “combustibles eléctricos sintéticos” utilizando fuentes de energía 100% renovables para cumplir con las emisiones cada vez más condicionadas que, eventualmente, prohibirían por completo la circulación de vehículos con motores de combustión interna. Ese desarrollo ayudaría a sostener el 70% de los Porsche producidos que aún están en circulación actualmente, la gran mayoría de ellos impulsados por combustibles fósiles, así como los millones que permanecerán en funcionamiento en los próximos 10/15 años.

“Acabar con los motores de combustión no es la discusión correcta. Reduciremos las emisiones de CO2 atacando con ambos frentes, movilidad eléctrica y combustibles eléctricos”, destacó Blume.

“Para el futuro del 911, hay buenas ideas a través de un tipo especial de híbrido,  muy orientado al rendimiento, donde podríamos usar, por ejemplo, un sistema de 400 voltios para nuestro motor eléctrico. Esa es, más o menos, nuestra idea de cómo continuar con el 911”.

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