Como el Baby original de 1926, que basado en el icónico Bugatti Type 35 lo replicaba fielmente aunque al 50% de su tamaño, el Baby II combina el concepto de juguete con la última tecnología de la sofisticada marca de extralujo.
Sin embargo, para permitir que el Baby II sea accesible tanto para niños como para adultos el vehículo ha crecido, pasando de la mitad del tamaño del original Type 35 a una réplica “al 75 %” del icónico modelo, como para que padres y abuelos –siempre y cuando la artritis los trate con benevolencia- puedan compartir la pasión y el placer de conducirlos con sus hijos y nietos.
Para Ben Hedley, CEO de The Little Car Company, la empresa encargada de su fabricación contando con el aval de la propia Bugatti, “es un gran honor participar en este proyecto con Bugatti. El Baby II es una parte clave de la herencia de Bugatti, y queríamos crear algo que fuera merecedor de ese nombre. Nos propusimos diseñar algo que fuera respetuoso con el original, pero también muy divertido de conducir, y los primeros testimonios de los clientes indican que lo hemos conseguido”.
El primer paso para el equipo de ingeniería que creó el Baby II fue escanear digitalmente cada uno de los componentes de un Type 35 participante en el Grand Prix de Lyon de 1924. A partir de lo cual, los diseñadores adaptaron la obra maestra de Ettore Bugatti a su “miniaturización al 75%”, aplicando una moderna cadena cinemática eléctrica con baterías de iones de litio y frenado regenerativo.
No obstante la tecnología adoptada, el Baby II presenta elementos que tributan a las versiones originales, tanto del Type 35 como del Baby, como sus innovadoras llantas de aleación de ocho brazos, aunque ahora incorporan neumáticos Michelin actuales. También se reprodujo el característico eje delantero hueco, así como el ingenioso mecanismo de las suspensiones y dirección del original.
En el habitáculo, se destaca el clásico volante de cuatro rayos y un panel de instrumentos de aluminio con instrumentos Bugatti personalizados, aunque mientras que los autos originales tenían un tacómetro y relojes indicadores de presión de aceite y combustible, en el Baby II estos han sido reemplazados por un velocímetro, un indicador de nivel de carga de la batería y un medidor de potencia (también presente en el Veyron!).
Además, el Baby II está equipado con bocina, espejo retrovisor, freno de mano, luces delanteras y un control remoto para desactivar el vehículo desde una distancia de hasta 50 metros en caso de que el eventual conductor entre en crisis al volante. En el centro del panel de instrumentos hay una placa con el número de chasis único y, al frente, rematando la clásica parrilla con forma de herradura, se encuentra la famosa insignia de Bugatti, hecha con 50 gramos de plata maciza, al igual que en el Chiron.
El Bugatti Baby II cuenta con dos modos de potencia diferenciados en función de quién esté al volante: el primero, de 1 kW “modo infantil” con la velocidad máxima limitada a 20 km/h, y otro de 4kW “modo adulto” con la velocidad tope limitada a 45 km/h.
Para quienes desean una dinámica superior, hay versiones con una “llave de velocidad” que, al igual que su hermano mayor, el Chiron, le permiten una potencia de hasta 10kW y desactiva el limitador de velocidad (en este caso, la máxima es de 70 km/h).
De serie, el Baby II vendrá pintado en color French Racing Blue con interior de cuero negro, pero habrá otras opciones disponibles tanto para el exterior como para el interior. Estas incluyen la oportunidad de tener a su Baby II pintado en los mismos colores contemporáneos que el Chiron, aunque también hay disponible una selección de tonos clásicos, cada uno dedicado a un piloto o acontecimiento histórico de Bugatti.
Aunque las 500 unidades de la edición limitada del Bugatti Baby II se agotaron en las tres semanas siguientes (todas las unidades se fabricarán entre 2020 y 2021) al anuncio de su creación en el Salón de Ginebra 2019, los interesados todavía pueden inscribirse en una “lista de reservas”, dispuesta para casos de retiro de posibles compradores.
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