El Pagani Imola, versión extrema del Huayra, se descubrió por primera vez en septiembre de 2019 aunque en esa oportunidad no se dio a conocer información oficial sobre sus características y ahora, reaparece con todos sus detalles al descubierto, tan específicos como sorprendentes.
En principio, el precio, que antes de impuestos asciende a u$s 5,4 millones de acuerdo a las tasas de conversión actuales; luego, la cantidad, que estará limitada a nada más que cinco ejemplares y, lo más sorprendente, de acuerdo a lo manifestado por el propio Pagani, todas las unidades ya están vendidas!!! Como si el creador argentino hubiese “reinventado” la manera de fabricar y vender autos: primero se asegura los clientes y luego los construye!!!...
El auto lleva el nombre de la localidad donde se encuentra el Autódromo Enzo e Dino Ferrari –casi nada!- en Imola, Italia, en las afueras de Bolonia. Allí, la nueva creación de Pagani, cubrió alrededor de 16.000 kilómetros entre pruebas y validación (algo más de tres veces la distancia recorrida en las 24 Horas de Le Mans), en lo que fue, según la marca, el proceso de puesta a punto (“set up”, para los aspirantes a ser cool) más severo jamás realizado por un Pagani.
Inmediatamente, se destacan, su elaborada aerodinámica y el aspecto feroz que propone. Una nervadura que se confunde con la toma dinámica del motor, varios deflectores y entradas de aire nuevas, interrumpen cualquier esperanza de armonía de estilo, admitido por Pagani con sus propias palabras: "No podemos decir que sea un auto elegante. Queríamos un vehículo eficiente".
Pagani anuncia al Imola como un laboratorio de pruebas de tecnología para toda su operatoria. Algunas de las innovaciones que presenta ya se han aplicado al Huayra Roadster BC, mientras que otras se implementarán en vehículos futuros.
Al igual que con cualquier vehículo de alto rendimiento, la atención se centró en el ahorro de peso, un equilibrio entre sensaciones y control del vehículo, y la potencia del motor.
Para aumentar la rigidez y la resistencia conteniendo el peso, Pagani reformuló sus Carbo-Titanium HP62 G2 y Carbo-Triax HP62 utilizados en el monocasco. Hasta la pintura del auto intervino en la operación: el Imola presenta Acquarello Light, un nuevo proceso de pintura que ahorra hasta cinco kilos! Además, el auto fue construido con aproximadamente 770 componentes forjados o mecanizados por CNC.
Al cabo de todo esto, el Imola “arrojó en la balanza” sólo 1.244 kilos, un poco más pesado que el coupé Huayra BC (1.216 kilos), pero más de 100 kilos más liviano que el cupé Huayra normal (1.348 kilos).
El Imola tiene el mismo motor Pagani V12 biturbo que Mercedes-AMG construye específicamente bajo los requerimientos de su principal usuario, 5.980 cm3, con 838 CV y 1.121 kgm de torque, al cual está acoplada una transmisión A7 transversal Xtrac, vinculada a través de un embrague de triple disco, con TT mediante un diferencial electromecánico.
Pagani rediseñó las suspensiones para una mejor transmisión de la potencia al piso y una menor “inmersión” al momento del frenaje, y presenta un nuevo sistema bautizado Smart Gas. Básicamente, motor, diferencial, transmisión y suspensiones se comunican entre sí y operando al unísono para reducir los tiempos de cambios de dirección y agudizar las sensaciones al volante. El sistema presenta amortiguadores interconectados, controlados electrónicamente, que cambian la altura dependiendo de las características de manejo, lo que se suma a un sistema aerodinámico activo que fuera utilizado en el Huayra original.
La nueva creación de Pagani tiene un sistema de frenado Brembo con discos carbono-cerámicos, calipers monobloque con seis pistones adelante y cuatro pistones atrás y está calzado sobre llantas de 20” adelante y de 21” atrás, con neumáticos Pirelli Trofeo R hechos a medida.
El circuito de Imola fue obvio en lo referente a las pruebas y el posterior bautismo del auto, ya que además de ser un trazado altamente calificador, propone una historia dramática que, entre sus “aspectos salientes” destaca, el bautismo original en homenaje a Dino, el hijo fallecido de Enzo Ferrari, el accidente fatal de Senna (1994) y el hecho de haber sido la única pista en la que se corrió el GP de Italia fuera de Monza (1980, cuando quien suscribe estuvo allí y V8 era una utopía...).
"Imola es un lugar sagrado para los entusiastas de los autos", dice Pagani en el comunicado ad hoc. "Es un circuito rápido, difícil y técnico que siempre ha separado ‘la paja del trigo’, tanto en términos de hombres como de máquinas. Un circuito que ha hecho que los pilotos más rápidos sean más rápidos todavía, que ha dado lugar a duelos feroces entre oponentes y caballeros, y donde se han presenciado las victorias más dulces y las tragedias más amargas. Un circuito ubicado en el ‘Valle del Motor’ en la Emilia Romagna, que ha entregado tanto a la industria automotriz!... Eso le ha dado mucho a Pagani. El circuito de Imola se convirtió en un segundo hogar mientras se desarrollaba el auto. Es por eso que el código del proyecto PS-01 se denominó Pagani Imola, como un homenaje a la pista donde se creó el vehículo y que forma parte de su identidad".

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