Industria Automotriz
PERSPECTIVA
DACIA, ¿DE CENICIENTA A BRUJA?
16/08/2019. El diseño y bajo costo de los vehículos Dacia –especialmente, el exitoso Duster- hicieron de la marca una muy buena fuente de ganancias para su propietario Renault, pero la aplicación de las nuevas normas de emisiones podrían esfumar esos márgenes...
Dacia ha creado seguidores devotos para sus vehículos, en su gran mayoría básicos, espartanos y de bajo costo, convirtiéndose en una de las divisiones de más rápido crecimiento del grupo Renault. Sin embargo, la marca que se enorgullece hasta el día de hoy por su “espíritu de centavos”, podría convertirse en breve en un lastre para su propietario, ya que se enfrenta al complejo y costoso obstáculo de tener que cumplir con los estrictos estándares de contaminación de la Unión Europea.
Según estimaciones dignas de crédito, en 2018, la gama Dacia tenía bastante más que compensar que otras marcas antes de cumplir con los objetivos de emisiones 2021 de la UE. La reconversión de sus modelos adaptándolos para cumplir con las reglas "podría perjudicar desproporcionadamente su rentabilidad, inclusive cuando Renault en su conjunto está mejor posicionado que la mayoría de sus rivales para cumplir con las mismas regulaciones”, según los más jerarquizados analistas del panorama europeo.
Los nuevos estándares de emisiones se encuentran entre los innumerables desafíos que enfrenta Renault, que está luchando por mantener su problemática alianza con Nissan y al mismo tiempo lidiando con una caída en la demanda automotriz europea, al punto que este panorama llevó a la compañía a achicar su pronóstico de ingresos para 2019.
A partir de 2020, los vehículos deberán cumplir con los nuevos límites de emisiones de dióxido de carbono o enfrentar sanciones. En un escenario presentado por la consultora Jefferies, que supone una desaceleración continua en las ventas de autos, las multas que le cabrían a Renault por incumplimientos parciales podrían ascender a 450 millones de euros, algo así como el 17% de las ganancias estimadas del próximo año.
Y esto es debido a que si bien por un lado Renault como marca unitaria no está en una situación crítica gracias a la aplicación en sus vehículos de “tecnología limpia”, las sanciones se basarán en las emisiones de todos los vehículos fabricados por Renault como grupo, integrado entre otras por la marca Dacia, que no goza del mismo tratamiento “limpio” en favor de una mayor rentabilidad.
El primer paso hacia una reconversión de la gama Dacia lo dio una declaración de Olivier Murguet , jefe de ventas de Renault, quien manifestó que "es difícil imaginar que Dacia se mantenga al margen de la tendencia electrificadora".
Propiedad de Renault desde 1999, Dacia ha sido un negocio brillante para el grupo francés. Su modelo más barato, que carece de levantacristales eléctrico, tampoco tiene estéreo y viene en solo dos colores, comienza a venderse desde alrededor de 8.000 euros en Europa occidental, sensiblemente menos que las ofertas de referencia de los rivales de FCA y PSA. Renault nunca reveló la rentabilidad por marca o modelo, pero algunos analistas estiman que el SUV Duster genera un margen operativo de más del 10%, superando inclusive a los fabricantes de vehículos Premium, generalmente, más lucrativos que las marcas generalistas, como Mercedes-Benz, BMW y Audi. Para colmo, las diferencias a favor de la marca de origen rumano en materia de lucro, se acentuaron con los números de 2018: mientras las ventas de Dacia subieron un 7%, las de la marca Renault disminuyeron un 5%.
Dacia demostró que se puede ganar dinero siendo frugal, el modelo de negocio de bajo costo requiere habilidades muy específicas y la marca las tuvo, sin embargo, las costosas inversiones en tecnologías híbridas o eléctricas para mejorar el rendimiento de las emisiones de sus modelos podrían afectar los márgenes de beneficio.
No obstante, se avecina una verdadera “prueba de fuego” que, de ser zanjada por Dacia, podría proponerse como alternativa viable. Renault planea una versión híbrida de su Clio más barato para 2020, lo que podría convertirse en punto de partida para un Dacia electrificado todavía más económico de acuerdo a los antecedentes de cada marca, permitiéndole a la marca rumana seguir enarbolando el estandarte de la frugalidad.
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Según estimaciones dignas de crédito, en 2018, la gama Dacia tenía bastante más que compensar que otras marcas antes de cumplir con los objetivos de emisiones 2021 de la UE. La reconversión de sus modelos adaptándolos para cumplir con las reglas "podría perjudicar desproporcionadamente su rentabilidad, inclusive cuando Renault en su conjunto está mejor posicionado que la mayoría de sus rivales para cumplir con las mismas regulaciones”, según los más jerarquizados analistas del panorama europeo.
Los nuevos estándares de emisiones se encuentran entre los innumerables desafíos que enfrenta Renault, que está luchando por mantener su problemática alianza con Nissan y al mismo tiempo lidiando con una caída en la demanda automotriz europea, al punto que este panorama llevó a la compañía a achicar su pronóstico de ingresos para 2019.
A partir de 2020, los vehículos deberán cumplir con los nuevos límites de emisiones de dióxido de carbono o enfrentar sanciones. En un escenario presentado por la consultora Jefferies, que supone una desaceleración continua en las ventas de autos, las multas que le cabrían a Renault por incumplimientos parciales podrían ascender a 450 millones de euros, algo así como el 17% de las ganancias estimadas del próximo año.
Y esto es debido a que si bien por un lado Renault como marca unitaria no está en una situación crítica gracias a la aplicación en sus vehículos de “tecnología limpia”, las sanciones se basarán en las emisiones de todos los vehículos fabricados por Renault como grupo, integrado entre otras por la marca Dacia, que no goza del mismo tratamiento “limpio” en favor de una mayor rentabilidad.
El primer paso hacia una reconversión de la gama Dacia lo dio una declaración de Olivier Murguet , jefe de ventas de Renault, quien manifestó que "es difícil imaginar que Dacia se mantenga al margen de la tendencia electrificadora".
Propiedad de Renault desde 1999, Dacia ha sido un negocio brillante para el grupo francés. Su modelo más barato, que carece de levantacristales eléctrico, tampoco tiene estéreo y viene en solo dos colores, comienza a venderse desde alrededor de 8.000 euros en Europa occidental, sensiblemente menos que las ofertas de referencia de los rivales de FCA y PSA. Renault nunca reveló la rentabilidad por marca o modelo, pero algunos analistas estiman que el SUV Duster genera un margen operativo de más del 10%, superando inclusive a los fabricantes de vehículos Premium, generalmente, más lucrativos que las marcas generalistas, como Mercedes-Benz, BMW y Audi. Para colmo, las diferencias a favor de la marca de origen rumano en materia de lucro, se acentuaron con los números de 2018: mientras las ventas de Dacia subieron un 7%, las de la marca Renault disminuyeron un 5%.
Dacia demostró que se puede ganar dinero siendo frugal, el modelo de negocio de bajo costo requiere habilidades muy específicas y la marca las tuvo, sin embargo, las costosas inversiones en tecnologías híbridas o eléctricas para mejorar el rendimiento de las emisiones de sus modelos podrían afectar los márgenes de beneficio.
No obstante, se avecina una verdadera “prueba de fuego” que, de ser zanjada por Dacia, podría proponerse como alternativa viable. Renault planea una versión híbrida de su Clio más barato para 2020, lo que podría convertirse en punto de partida para un Dacia electrificado todavía más económico de acuerdo a los antecedentes de cada marca, permitiéndole a la marca rumana seguir enarbolando el estandarte de la frugalidad.
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