Industria Automotriz
EMPRESAS
NISSAN ¿AFUERA DE LA GRAN ALIANZA?
29/05/2019. La probable fusión entre FCA y Renault podría dejar en una posición incómoda a Nissan, quien hasta el momento se ha resistido a una integración más profunda con la francesa y que si no recupera la iniciativa podría quedar todavía más marginada…
Según distintos analistas, Nissan se enteró de las conversaciones de fusión de Renault con Fiat Chrysler Automobiles apenas unos días antes de que estas se hicieran públicas, acuerdo que de cerrarse podría debilitar aún más su posición en la alianza que mantiene con Renault que ya lleva 20 años.
La propuesta de FCA a Renault, que crearía al tercer fabricante de autos más grande del mundo, abre perspectivas difíciles sobre cómo encajaría Nissan en una “Gran Alianza”, conglomerado bastante mayor y radicalmente modificado. Además, el acuerdo ítalo-americano-francés, plantea un desafío adicional para Nissan y su CEO Hiroto Saikawa, que está lidiando con un desempeño financiero deficiente de “su” marca y una relación incómoda con Renault después de encabezar el derrocamiento del presidente de la alianza franco-nipona, Carlos Ghosn, en 2018.
Esto último "puso a Saikawa bajo una gran presión", sorprendido por el beneplácito que Renault mostró frente al ofrecimiento de FCA, habida cuenta de que esta, que posee una participación del 43.4% en el grupo japonés, había insistido previamente en una fusión con Nissan, acuerdo de integración completa al cual el propio Saikawa se opone desde hace bastante tiempo (¿?).
El gobierno francés, accionista en Renault, manifestó que quería que Nissan estuviera “a bordo del gran acuerdo” que podría concretarse. Sin embargo, durante mucho tiempo ha habido tensiones entre París y Tokio por el desequilibrio de poder en la alianza entre Renault y Nissan, ya que esta última solo tiene una participación –para colmo, sin derecho a voto- de solo el 15% en Renault.
A nivel técnico-práctico el panorama tampoco es demasiado claro.
Las nuevas plataformas de vehículos y trenes de potencia desarrollados por FCA-Renault también podrían plantear un dilema para Nissan, al desafiar una independencia celosamente guardada en algunas áreas de ingeniería, investigación y desarrollo. Algo que podría obligarla a elegir entre la tecnología desarrollada en un ámbito del cual no es partícipe o hacer las cosas por su cuenta, con todo lo que eso implica en cuanto a afrontar gastos solo respecto a hacerlo con un socio, según evalúan los directivos de Renault.
FCA manifestó que de concretarse el acuerdo, incluiría a Nissan y al otro miembro de la alianza, Mitsubishi, como "socios valiosos y respetados" (John Elkann dixit), quizás tratando de “suavizar” las fricciones entre Renault y Nissan, y que es probablemente la principal razón por la cual la empresa japonesa no participó con FCA y Renault en la primera etapa de las conversaciones.
La clara ventaja de Nissan está en su tecnología, que incluye vehículos que cumplen con las regulaciones más estrictas en materia de emisiones, por ejemplo, las de China. Renault y FCA, por lo tanto, necesitarían a la japonesa para ayudarles a alcanzar el rendimiento, las emisiones contenidas y la cuota de vehículos eléctricos cada vez más difícil de alcanzar para todas las terminales automotrices.
Un acuerdo entre FCA y Renault que incluyera a Nissan, también generaría cuestiones sobre cómo consensuar sinergias en algunos mercados donde esta última y FCA compiten entre si, como por ejemplo en el norteamericano (los SUV de Nissan e Infiniti versus los de Jeep y la pick up mediana Titan de los primeros frente a las full Ram y ahora Gladiator de Jeep).
"Si ocurre la fusión Renault-Fiat y continúa el statu quo entre Nissan y Renault, la posición e influencia de Nissan dentro de la alianza quedará retrasada respecto a Fiat", comentó Takeshi Miyao , director gerente de la consultora Carnorama a Automotive News.
Este parece ser el panorama más obvio tal como están las cosas entre las distintas fuerzas involucradas en este caso, aunque no habría que dejar de lado otros aspectos, que si bien parecen “periféricos” en este momento, podrían alcanzar otra dimensión si las negociaciones avanzan como se espera: la mayor identificación tecnológico-cultural de Renault con FCA en vez de con Nissan, y que la participación de la compañía francesa en su socio japonés actualmente tiene un valor de alrededor de 11.000 millones de euros, un importante capital para invertir en vehículos eléctricos y nuevas tecnologías.
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La propuesta de FCA a Renault, que crearía al tercer fabricante de autos más grande del mundo, abre perspectivas difíciles sobre cómo encajaría Nissan en una “Gran Alianza”, conglomerado bastante mayor y radicalmente modificado. Además, el acuerdo ítalo-americano-francés, plantea un desafío adicional para Nissan y su CEO Hiroto Saikawa, que está lidiando con un desempeño financiero deficiente de “su” marca y una relación incómoda con Renault después de encabezar el derrocamiento del presidente de la alianza franco-nipona, Carlos Ghosn, en 2018.
Esto último "puso a Saikawa bajo una gran presión", sorprendido por el beneplácito que Renault mostró frente al ofrecimiento de FCA, habida cuenta de que esta, que posee una participación del 43.4% en el grupo japonés, había insistido previamente en una fusión con Nissan, acuerdo de integración completa al cual el propio Saikawa se opone desde hace bastante tiempo (¿?).
El gobierno francés, accionista en Renault, manifestó que quería que Nissan estuviera “a bordo del gran acuerdo” que podría concretarse. Sin embargo, durante mucho tiempo ha habido tensiones entre París y Tokio por el desequilibrio de poder en la alianza entre Renault y Nissan, ya que esta última solo tiene una participación –para colmo, sin derecho a voto- de solo el 15% en Renault.
A nivel técnico-práctico el panorama tampoco es demasiado claro.
Las nuevas plataformas de vehículos y trenes de potencia desarrollados por FCA-Renault también podrían plantear un dilema para Nissan, al desafiar una independencia celosamente guardada en algunas áreas de ingeniería, investigación y desarrollo. Algo que podría obligarla a elegir entre la tecnología desarrollada en un ámbito del cual no es partícipe o hacer las cosas por su cuenta, con todo lo que eso implica en cuanto a afrontar gastos solo respecto a hacerlo con un socio, según evalúan los directivos de Renault.
FCA manifestó que de concretarse el acuerdo, incluiría a Nissan y al otro miembro de la alianza, Mitsubishi, como "socios valiosos y respetados" (John Elkann dixit), quizás tratando de “suavizar” las fricciones entre Renault y Nissan, y que es probablemente la principal razón por la cual la empresa japonesa no participó con FCA y Renault en la primera etapa de las conversaciones.
La clara ventaja de Nissan está en su tecnología, que incluye vehículos que cumplen con las regulaciones más estrictas en materia de emisiones, por ejemplo, las de China. Renault y FCA, por lo tanto, necesitarían a la japonesa para ayudarles a alcanzar el rendimiento, las emisiones contenidas y la cuota de vehículos eléctricos cada vez más difícil de alcanzar para todas las terminales automotrices.
Un acuerdo entre FCA y Renault que incluyera a Nissan, también generaría cuestiones sobre cómo consensuar sinergias en algunos mercados donde esta última y FCA compiten entre si, como por ejemplo en el norteamericano (los SUV de Nissan e Infiniti versus los de Jeep y la pick up mediana Titan de los primeros frente a las full Ram y ahora Gladiator de Jeep).
"Si ocurre la fusión Renault-Fiat y continúa el statu quo entre Nissan y Renault, la posición e influencia de Nissan dentro de la alianza quedará retrasada respecto a Fiat", comentó Takeshi Miyao , director gerente de la consultora Carnorama a Automotive News.
Este parece ser el panorama más obvio tal como están las cosas entre las distintas fuerzas involucradas en este caso, aunque no habría que dejar de lado otros aspectos, que si bien parecen “periféricos” en este momento, podrían alcanzar otra dimensión si las negociaciones avanzan como se espera: la mayor identificación tecnológico-cultural de Renault con FCA en vez de con Nissan, y que la participación de la compañía francesa en su socio japonés actualmente tiene un valor de alrededor de 11.000 millones de euros, un importante capital para invertir en vehículos eléctricos y nuevas tecnologías.
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