Circulando por Palermo en auto hace unos días atrás, me sorprendió una silueta que se destacaba netamente de todas las otras, en su mayoría, unidades bastante más actuales. Claro, se trataba de un auto que fue, verdaderamente, muy diferente cuando apareció y que hoy, más de una veintena de años después, acentúa mucho más esa diferencia. Era un Audi TT original de 1998.
Un modelo con el cual, en lo personal, me sentí siempre muy identificado, especialmente, después de haber visitado la planta húngara de Györ para asistir al lanzamiento de la versión roadster del mismo (1999), quizás por aquello de que los buenos recuerdos siempre se guardan de una manera diferente…
Algunos desavisados le atribuyen al R8 (2006) el espaldarazo para la imagen de Audi, pero esa transformación ya se había manifestado ocho años antes, cuando la marca presentó el TT original.
El modelo de producción fue antecedido por los concepts TT y TTS Roadster de 1995, que lleva el clásico diminutivo de otro clásico, el Tourist Trophy de la Isla de Man, la carrera de motos más impresionante de la historia, y fue un éxito instantáneo gracias a su estilo retro inspirado y diseñado para recordar “las formas redondeadas de los coches de carreras de antes de la guerra y de los sedanes de posguerra de Auto Union", lo que se dice, un auto que era la síntesis del espíritu de una parte de la historia de la marca, lo que no fue ni es poco. Especialmente, porque todo esto se consiguió a partir de una plataforma de VW Golf!!! Una de las metamorfosis más brillantes de la historia del auto…
Con un aspecto mucho más deportivo y radical que cualquiera de los modelos de Audi, los compradores apostaron por el TT a un ritmo impresionante. Durante su primer año en Europa, la marca vendió más de 36.800 unidades. El modelo también fue popular al otro lado del Atlántico, ya que se comercializaron más de 12.000 unidades en 2000 y más de 12.500 en 2001 en EE.UU.
Amparado por ese éxito inicial, el TT evolucionó a la par de otros modelos de la marca. Creció la potencia (que de 148 CV originales trepó hasta los más de 360 de algunas versiones actuales), adoptó la tracción quattro, la nueva transmisión de doble embrague S Tronic, luces de led, conectividad…
La idea siempre fue potenciar la legítima deportividad de un desarrollo basado en una plataforma “proletaria” y la filosofía se conservó cuando la tercera y última generación del TT se introdujo en 2014 y se renovó en 2018. El rediseño ayudó a revitalizar las ventas, pero los tiempos estaban cambiando, poniéndole fecha de vencimiento a los deportivos en favor de otras siluetas, y el impulso fue de corta duración. Los datos mostraron que Audi solo vendió menos de 1.300 TT en EE.UU. en 2018 y poco más de 9.900 unidades en toda Europa.
Con las ventas del año pasado cerradas, los rumores comenzaron a ser caja de resonancia de los números y la cancelación del modelo apareció como una sombra…
El presidente de Audi, Bram Schot, confirmó que el TT será reemplazado “por un nuevo modelo emotivo en el mismo rango de precios”. Será eléctrico y marcará el final del TT, un diseño que ha existido desde 1998, que ayudó a la marca a salir de la crisis de ventas equilibrándola a nivel mundial en la década de 2000. Su diseño original y audaz, probablemente, no tiene ahora el crédito suficiente para ayudar a que Audi vuelva a irrumpir en el mercado de EE.UU. como ningún modelo de la marca lo había hecho antes.
Sin embargo, será recordado como pocos. En principio, porque respetó fielmente la idea primigenia del espíritu de la marca, partiendo de una base impensada, superando a todos sus sucesores, y todavía sorprendiendo al día de hoy, como lo hizo con quien suscribe cuando circulaba unas tardes atrás por las calles de Palermo…
RD.

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