Allanando el camino para un cierre amistoso, inclusive a través de una posible toma de control por parte de un comprador local, el acuerdo anunciado por Ford, permitiría que sus ex empleados pasen a colaborar y depender de otro posible empleador, probablemente del mismo rubro, de cerrarse un acuerdo que está en trámite.
El pacto incluiría un “paquete de salida” para los trabajadores, aunque no se han divulgado sus detalles, así como tampoco el presumible apoyo sicológico que deberían tener los mismos.
Ford anunció a principios de este año que cerraría su emblemática planta de San Bernardo do Campo, la más antigua de la compañía en el país, y saldría del negocio de camiones pesados en Sudamérica, que tiene su sede en esa fábrica, decisión que planteaba un futuro incierto para alrededor de 3.000 trabajadores y que provocó largas huelgas, paralizando la producción durante semanas en la planta en cuestión. Esto motivó que Ford buscara alternativas que, inclusive, llegaron a conversaciones con el gobernador del estado de San Pablo, donde se encuentra dicha planta, para que actúe como intermediario, tratando de encontrar un comprador a fin de que la planta pueda mantener los puestos de trabajo que se perderían ante el cese de su gestión.
Al respecto, la posibilidad más viable que se baraja a partir de estas últimas declaraciones de Ford, parece ser la del fabricante local CAOA, que ya produce autos para la china Chery y la coreana Hyundai, quien manifestó estar en conversaciones para cerrar la compra de la planta.
La reducción de las operaciones de Ford en Brasil se aceleró, además, con el anuncio de despidos también en la planta de Camaçari, en el estado de Bahía, donde la compañía manifestó que tiene 700 trabajadores más que los que necesita en la actualidad.

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